Educación chilena en PISA



SEÑOR DIRECTOR

Un nuevo informe internacional permite apreciar dos avances de nuestro sistema escolar entre 2000 y 2015: hemos aumentado los recursos públicos por estudiante y, en la prueba PISA, nos hemos acercado a un nivel de aprendizaje considerado "bueno" (McKinsey, 2017).

Sin embargo, hay otros países que emplean un monto similar de recursos por estudiante y ya han alcanzado dicho nivel.

En 2000, Chile estaba muy cerca del borde inferior del tramo "aceptable" de la prueba PISA. En cambio, en 2015, se acerca al límite con el tramo "bueno". Este avance parecería estar relacionado con la implementación de la Jornada Escolar Completa, que mejoró tanto el tiempo disponible para aprender (acercándose a las siete horas que el informe considera como nivel óptimo), como el nivel del sueldo anual de los docentes.

En esos 15 años, Chile aumentó en más de 50% el gasto público por estudiante en valores de paridad de poder adquisitivo (PPA). En el año 2000, Chile estaba ubicado en el grupo de países con gasto de entre mil y dos mil dólares PPA. En 2015 aparece ubicado en el grupo de entre tres y cuatro mil dólares PPA. Este incremento se debe, en gran parte, al costo que tuvo el pasar de un año escolar de 600 horas a uno cercano a las 900 horas por año y hacer más atractiva la carrera docente, al acercar el salario anual al ingreso per cápita del país.

La próxima etapa implicaría asegurar un nivel adecuado de lectura en los dos primeros grados de básica, elevar el nivel de formación de los académicos que modelan la actuación profesional de los futuros docentes y realizar una investigación objetiva del impacto de cada texto, para que los docentes puedan elegir (con antecedentes objetivos) los que sean más adecuados para su grupo de alumnos.

Ernesto Schiefelbein

Investigador Universidad Autónoma y Premio Nacional de Educación

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