SEÑOR DIRECTOR
“El litio y para qué apurarnos”. “Lo regalamos sin ningún valor”. “Va contra la CC y el nuevo gobierno”. Estas frases han dado vueltas a raíz de la licitación del litio en curso.
En primer lugar, destaco que somos muchos quienes creemos en un desarrollo sostenible; en aprovechar una de las reservas más grandes, y lo que esto significa en empleos, ingresos y desarrollo, junto con resguardar a las comunidades, el medioambiente y los acuerdos sociales que requerimos para avanzar.
Para tener un diálogo país, es fundamental alejarse de las fake news. Las frases con las que parto esta carta salen precisamente de quienes suelen ser referentes de opinión.
En este diálogo hay un tema de oportunidad que debe tomarse en cuenta. El litio es fundamental para la electromovilidad, pero, como cualquier componente importante y escaso, ya hay varias investigaciones para intentar reemplazarlo.
Respecto del valor agregado, el litio chileno se exporta como carbonato y como hidróxido. Ahí ya hay valor agregado. Queremos empujar la cadena de valor a cátodos, celdas, baterías y ojalá más. Pero es innegable que Chile es lejano al mercado masivo, a la ubicación de los restantes materiales y que el litio representa un 10% del valor de la batería.
Agrego también que no necesariamente lo estatal es bueno y lo privado es malo. Con impuestos y royalty adecuados, impulso a la I+D, capital humano y regulaciones firmes, un joint venture público-privado puede ser mejor que solo estatal.
Una licitación no es “regalar” y no impide la creación de una empresa estatal. Las cinco cuotas son el 4,4% de las reservas conocidas en Chile. También existen los contratos de Corfo, y Codelco en paralelo ya está en proceso de explotar Maricunga. Puede coexistir un ecosistema público-privado.
Aportemos a un debate informado. Las consignas no nos ayudan a avanzar.
Victoria Paz
Economista
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