El partido médico

Uso del FEES y bonos a familias por $ 300 mil: la propuesta económica del Colegio Médico para hacer frente a los efectos del coronvirus


Por Carlos Correa Bau, ingeniero Civil Industrial, MBA

No hay alguna experiencia comparable a la convocatoria que hizo el Colegio Médico a un grupo amplio de economistas para proponerle al país una serie de medidas para manejar los efectos de la pandemia en las finanzas nacionales y de las familias. Esta iniciativa hace pensar que en esta directiva hay un interés más allá de la simple defensa gremial, o de la tradicional arenga por la salud pública que hacían sus antecesores. También es un paso audaz, pues es conocida la pugna entre médicos y economistas, desde que en el gobierno de Frei se designara ministro a Carlos Massad, o incluso en el nombramiento del actual subsecretario de redes asistenciales, resistido pese a su experiencia, por no ser profesional de la salud.

La Dra. Siches se convirtió en un referente nacional, desde que en los inicios de la pandemia pidió a las personas que no asistieran más a las manifestaciones. En la derecha, en vez de agradecerle ese gesto de solucionarle al gobierno el problema de orden público, desató una campaña de improperios en redes sociales. Quizá en algunos círculos del oficialismo ven con temor su irrupción que podría convertirse en una fuerza política inusitada. Su advertencia en marzo sobre una cuarentena total es vista por muchos como una acertada advertencia que no fue escuchada. En una entrevista de este fin de semana a la vocera de gobierno, esta debió extremar los juegos verbales para tratar de justificar porqué el gobierno apostó por retorno seguro, en vez de escuchar las voces desde el Colegio Médico.

El argumento ocupado para esta convocatoria es aportar con propuestas económicas a la Mesa Social Covid-19, según se lee en el documento de los economistas. Pero este justificativo no exime lo fundamental del hecho político, pues entre los nombres está un expresidente del Banco Central y un exministro de Hacienda, ambos respetados en todas partes por su devoción al cuidado de las finanzas públicas. Este comité propone una serie de medidas muy razonables y que se basan en un punto fundamental: la cuarentena es posible mantenerla, si el estado es capaz de garantizarles a las personas un ingreso mínimo que les permita sostener sus hogares. Para ello propone alargar el seguro de cesantía, y garantizar un ingreso para los trabajadores independientes.

La propuesta hace algo que a la izquierda más crítica suele costarle mucho. Propone establecer a priori una regla fiscal de hasta donde será el endeudamiento, pues no hacerlo “tiene costos para la dinámica política, genera incertidumbre para las personas, y socava la credibilidad de la política fiscal”. Esta frase suscrita por la presidenta del Colmed, a quien la derecha acusa de ser la nueva Pasionaria de la política chilena, es pura y simple vocación de poder.

En la crisis de las instituciones, los médicos se han convertido en una fuerza política. Son reclamados por los medios con la misma pasión que lo eran los constitucionalistas en los días de octubre. A diferencia de los primeros, representan un gremio que está exponiéndose como nadie a los golpes de la pandemia, y tendrá bajas dolorosas. Como suele pasar con los héroes y heroínas, su credibilidad está disparada y así lo muestran las encuestas.

Esto puede tentar a algún iluminado a pensar en la Dra. Siches como alternativa para la papeleta del 2021. Pero ese llamado puede ser fatal. Como hizo ver el excanciller Heraldo Muñoz, el peor negocio para la oposición es perfilar liderazgo en medio de la pandemia.

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