El resultado de una historia



SEÑOR DIRECTOR

Imaginemos un día domingo, un hijo o hija, va a ver a su papá. Éste le pregunta cómo le va en el trabajo. Comienzan a hablar de política. El papá le dice que la cosa está grave, falta mano dura, que las nuevas generaciones no respetan a las más viejas, que la droga tiene tomadas las poblaciones y que se les está pasando la mano con “lo de feminismo, el medioambiente y la diversidad”. El hijo, por su parte, con sonrisa socarrona, lo escucha. Se da cuenta que pierde el tiempo discutiendo y que su momento ha llegado.

Este mes, el hijo llegó al poder. La elección tiene mucho de generacional. Saltamos 30 años en una elección. El desafío es enorme, porque las expectativas son muchas. El estudiante de Derecho, que vio cómo se movilizaron los “pingüinos” en 2006, que tomó la Escuela en 2009 y lideró las protestas de 2011 y fue dos veces diputado, será el próximo Presidente de Chile. Con él llega una nueva generación al poder. El riesgo está justamente en pensar que este éxito sea garantía de buen gobierno. Lo nuevo no por nuevo es bueno. La segunda vuelta enseña que es necesario construir escuchando e integrando, y entender que Chile no se construyó en un día, y menos puede ser refundado por una sola generación.

Gonzalo Vidueira Mociño

Abogado

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