Elecciones en Italia

Este domingo Italia celebrará una de las elecciones más complejas de su historia reciente. El retorno de Silvio Berlusconi, la eventual consolidación del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el desgaste del Partido Democrático de Matteo Renzi, marcarán estos comicios. Actualmente, son tres grupos los que dominan el panorama político: una coalición de centroderecha liderada por el partido de Berlusconi (Forza Italia); un bloque de centroizquierda encabezado por Renzi y el populismo representado por el M5S.

Si bien el resultado es difícil de prever porque los sondeos adelantan un voto fragmentado, donde el M5S aparece como el partido con más apoyo, con un 28,7%, lo cierto es que la ausencia de una mayoría clara agrega un nuevo elemento de inquietud en un mundo que enfrenta un escenario cada vez más complejo.

Estas elecciones evidencian, además, que la lógica "bipartidista", con dos bloques fuertes de centroizquierda y centroderecha, que imperó en el país en las últimas dos décadas, está camino a desaparecer, lo que coincide con la tendencia que han mostrado otros países de Europa como Alemania, España y Bélgica, donde se ha observado un creciente fraccionamiento del mapa político, como como ocurría en Italia antes de los años 90. En ese sentido, la formación de un nuevo gobierno se vuelve aún más difícil, porque no se vislumbra que ninguna coalición supere el 40% necesario para poder formar un Ejecutivo con una mínima estabilidad.

Ante este panorama, la posibilidad de que los resultados lleven a una parálisis política, como sucedió en España en 2016, y fuercen unas nuevas elecciones, es real. Una situación que convierte estos comicios no solo en una prueba para Italia sino también en un desafío para toda la UE, considerando el complejo momento que atraviesa el bloque, a causa del avance de los movimientos populistas, las negociaciones por el Brexit y las reformas para redefinir el futuro de la eurozona.