Encuentro de dos mundos



SEÑOR DIRECTOR

Los estereotipos sociales tienen una funcionalidad única: nos permiten generar imágenes de la población de forma simplista y generales de cómo son y cómo se compartan ciertos grupos sociales. Es un ejercicio fácil y terminamos diciendo que los inmigrantes son de esta forma, los religiosos son de esta otra y los indígenas de aquella. De esta manera formamos nuestros juicios, emitimos comentarios y apuntamos con el dedo.

Este año nos instalamos en la región de La Araucanía con el fin de apoyar proyectos de las distintas comunidades mapuche. Nuestro método para lograr lo anterior no se basa en argumentos sociológicos ni académicos, es simple: nos acercamos a personas, conocemos su historia, sus sueños y sus ideales, sus éxitos, sus fracasos, incluso sus desafíos y las ganas de querer salir adelante.

Para eso es necesario dejar atrás los estereotipos sociales, por más difícil que parezca. Debemos dejar de lado todas esas ideas que rodean al pueblo mapuche para afrontar la verdadera realidad y darnos la oportunidad de conocer desde ellos mismos, lo que significa ser parte de un pueblo que tuvo el privilegio de ver crecer esta tierra mucho antes de que llegáramos nosotros.

Cuando recientemente se ha celebrado el encuentro entre dos mundos, es vital recordar que sigue siendo una tarea diaria volver a encontrarnos una y otra vez para comprender que debemos aprender a conocernos mejor.

Han pasado 526 años de la llegada del mundo occidental a América y el desafío moderno es ser capaz de salir de lo simple de un estereotipo a lo complejo de conocernos de verdad.

Nicolás Canales

Líder de Inclusión Social de Desafío Levantemos Chile

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.