Expectativas ante próxima cuenta pública

Cuenta Pública
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La ciudadanía se apronta a escuchar la segunda cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera, y en un escenario político complejo como el actual, es natural que existan altas expectativas sobre posibles anuncios o señales que permitan clarificar mejor el rumbo que seguirá el país. El tráfago no debe hacer perder de vista los logros que se han conseguido en esta gestión, aunque las expectativas que despertó Chile Vamos inevitablemente ponen presión para que los resultados sean más visibles, particularmente en el ámbito económico, donde las cifras no han acompañado del todo.

En su primer año de gestión, el Ejecutivo ha abordado con energía situaciones conflictivas heredadas del anterior gobierno, o que sobrevinieron. Así, pudo avanzar nuevas normas sobre protección de menores en situación irregular, sobre respeto a la diversidad, sobre protección e igualdad de trato a mujeres, sobre normalización de la inmigración o sobre fortalecimiento de las autoridades escolares para enfrentar la violencia en la educación pública. Sin restarle méritos a estos logros debe mencionarse que, en general, han ocurrido en temas en los que el gobierno ha podido respaldarse en una ciudadanía ya sensibilizada e incluso, a veces, fuertemente movilizada para exigir respuestas del sistema político.

Distinta ha sido la situación en grandes temas que el país debe enfrentar para volver a proyectarse con confianza hacia el futuro. En el tema previsional, donde una mezcla de estatismo e ignorancia de las claves para su buen funcionamiento han estado arriesgando el sistema de capitalización individual, el avance es menos sólido. En la tributación sobre utilidades empresariales, a pesar de que se optó por la sola "integración tributaria", de efectos más acotados que lo requerido para el golpe de timón necesario para reimpulsar el crecimiento, el proyecto ha avanzado perdiendo la entidad requerida para un cambio de expectativas, llegando incluso a considerar un impuesto a la inversión en regiones, negativo para la descentralización económica del país.

La tarea no es fácil. Parte importante de la misma ciudadanía celosa para exigir derechos individuales y respeto a las aspiraciones, proyectos y opciones de vida más diversos, se muestra al mismo tiempo cautivada por el igualitarismo. La consecuencia, por ejemplo en educación, ha sido una dificultad hasta ahora no superada para eliminar las limitaciones al posible desarrollo de talentos y vocaciones de los jóvenes del país, presentes en la actual institucionalidad educacional pública. Con todo, la ciudadanía ha valorado el despliegue notable de la autoridad educacional para introducir correcciones, allí donde el avance refundacional de la Nueva Mayoría fue más agresivo. Igualmente, ha logrado reconocimiento la proactividad del Ejecutivo en la promoción de los derechos humanos, particularmente ante la dramática situación venezolana.

Con todo, para satisfacer las expectativas con que se recibió al gobierno, este deberá llevar a otro plano la promoción de sus propuestas centrales, buscando superar los temores suscitados por la izquierda en su última gestión y galvanizar el apoyo a una sociedad libre.

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