SEÑOR DIRECTOR
La condena del exsenador Jaime Orpis marca un hito importante para el sistema judicial y para la persecución de los delitos de financiamiento ilegal de la política. La sentencia comprueba lo que se viene sosteniendo hace años y que sectores de la clase política y empresarial pretendieron negar abiertamente al país: el dinero y los intereses económicos buscaron capturar nuestra democracia en favor de unos pocos. Lo que era un secreto a voces, hoy es una verdad judicial establecida gracias al trabajo implacable de la fiscal Ximena Chong, la mirada atenta de la ciudadanía, la cobertura de prensa y la presión pública de organizaciones de la sociedad civil.
Lamentablemente, el mandato por encontrar la verdad y hacer justicia con quienes eran responsables no ha sido ejercido con la misma fuerza en otros casos. No fue así, por ejemplo, en el caso Penta, donde la Fiscalía optó por salidas alternativas y condenas irrisorias o, como en tantos otros, donde no se inició una investigación por falta de querella del SII.
La deuda con la democracia se mantiene. La legitimidad de la política se ha visto fuertemente afectada por los casos de corrupción y el actuar de las instituciones. Por eso, esperamos que este precedente junto con la reforma a los delitos de corrupción del año 2018, deje al sistema penal con más herramientas y voluntad efectiva para enfrentar casos pendientes como SQM, y los que surjan en el futuro, sin importar quiénes sean las personas involucradas.
Octavio Del Favero Bannen
Director Ejecutivo de Ciudadanía Inteligente
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