Flexibilidad y acceso en la educación superior

Los locales de rendición de la segunda PSU se darán a conocer el 25 de enero a las 12:00 horas. Foto: AGENCIAUNO


SEÑOR DIRECTOR

Un buen sistema de acceso a una educación superior (ES) concebida para grupos con formación previa heterogénea debe favorecer la transformación y ascenso social. Por ello, el sistema de acceso no debe excluir a alumnos que pese a su formación previa deficiente tienen potencial de egreso exitoso.

El sistema de acceso usado por la mayor parte de las universidades en Chile es objetivo, lo que minimiza las posibilidades de fraude en la entrada; es centralizado, lo que evita la carrera con costoso adelantamiento de períodos de matrícula (unreaveling) y la duplicación de pruebas (con efecto regresivo); y se produce a la entrada, lo que limita la durísima y más regresiva deserción asociada a la selección en el camino, como se observa en universidades públicas argentinas.

El mayor problema del sistema de acceso chileno no es la PSU, un instrumento que por cierto tiene problemas por todos conocidos y que no serán completamente resueltos por ningún otro, sino la poca flexibilidad del propio sistema. Así, el sistema obliga a todas las universidades a ponderar la PSU y requerir puntajes mínimos para postular. Ello es innecesario e inconveniente. La calidad está dada por la capacidad de transformar a los alumnos, y si una institución con potencial de transformación apunta a segmentos de menor PSU de ingreso, la exigencia de mínimos hace que de optar por ese segmento de alumnos, dicha institución no le sea viable ser parte de ese sistema de acceso. Una consecuencia de lo anterior es que, hoy, universidades que son parte del sistema de acceso lo eludan a través del acceso especial, que no requiere PSU.

Más allá del debate de instrumentos específicos para el acceso, que siempre serán cuestionables, es el sistema que requiere flexibilidad. El uso de cada instrumento, PSU o el que la remplace, debe ser definida por las instituciones individualmente, en virtud de su autonomía. Con ello, la naturaleza de la selectividad no será del sistema, sino de cada institución.

Ricardo Paredes

Profesor Titular PUC

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