SEÑOR DIRECTOR

Con respecto a la Fórmula E, recién corrida en plena Zona Típica de Santiago, muchos advertimos lo insensato que resultaba organizar tamaño evento, invasivo y de compleja logística en una zona urbana protegida precisamente por valiosa y vulnerable. Al día siguiente del evento lamentábamos los daños causados a una obra de arte invaluable.

Hay quienes han dicho que los chilenos somos "pueblerinos" por no estar a la altura de tanto pretendido glamour internacional. Pero la Fórmula E resultó ser un evento hecho exclusivamente para la televisión, no para la ciudad. De las impenetrables vallas hacia adentro todo lucía perfecto, mientras que afuera todo era un caos inflingido a la ciudad durante tres semanas, con congestión, ruidos molestos e inaccesibilidad para residentes, comerciantes y transeúntes, incluidos-paradojalmente-turistas. Los organizadores dijeron, faltando a la verdad, que nunca habían tenido tantas dificultades como en Chile. Omitieron que en Londres la ciudadanía los obligó en tribunales a modificar la ruta de la carrera y que en Bruselas, Moscú, Sao Paulo y Montreal han debido cancelar las temporadas por desacuerdos con las autoridades.

Creo, viendo las consecuencias físicas de este evento en la ciudad, que los verdaderos pueblerinos han sido quienes aceptaron, genuflexos, hacer lo que se les pidiera, donde se les pidiera, sin poner el menor reparo. Civilizadas serán siempre las ciudades donde nada nunca se decide sin acuerdo previo con las comunidades afectadas. Es de esperar que hayamos aprendido la lección.

Sebastián Gray

Arquitecto

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