SEÑOR DIRECTOR:
La versión oficial entregada por el gobierno es que el Presidente Boric no estaba enterado de las nuevas atribuciones ni del nuevo nombre definido para el gabinete de la Primera Dama, que se trató de “un error administrativo” y que la única responsable es la directora administrativa de La Moneda.
La Resolución Exenta Nº 442 del 30 de marzo, que definía estos cambios, tuvo como destinatarios de distribución, entre otros, al Gabinete Presidencial; a la Dirección de Asesoría Presidencial; al Departamento Jurídico; y al nuevo “Gabinete Irina Karamanos”. En otras palabras, todos en La Moneda estaban informados. Si nos quedamos con la versión oficial, significa que ni el jefe de Gabinete del Presidente, ni los asesores de Presidencia, ni los abogados de Palacio, ni la administradora de La Moneda, ni tampoco la propia Irina Karamanos se tomaron la molestia de informar a Boric. Se trataría entonces de una simple, aunque improbable, omisión colectiva o, si pensamos mal, de una acción deliberada para ocultar información al Presidente. La otra posibilidad, más lógica, simple y, por cierto, creíble, es que Boric siempre estuvo informado, pero ante el rechazo transversal que provocó la insólita medida decidió eludir su responsabilidad política.
Los ciudadanos merecemos algo más que versiones oficiales inverosímiles.
José Miguel Rodríguez Sáez
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