SEÑOR DIRECTOR

Profunda preocupación en la opinión pública ha generado la política de gratuidad, en el contexto de la pérdida del beneficio cuando el estudiante no logra finalizar sus estudios durante la duración formal de la carrera.

Lo expuesto, genera sin duda un detrimento en la política, considerando que las trayectorias curriculares de los estudiantes no están exentas de retrasos justificables. A lo expuesto, se une el hecho que el primer año que sobrepase la duración formal de la carrera, la institución podrá cobrar solo el 50% del arancel regulado. Esta situación afecta directamente a los proyectos institucionales en educación superior, toda vez que se reducen los ingresos, con el correspondiente detrimento en el desarrollo de las casas de estudios.

Es necesario rectificar para no comprometer calidad. La política de gratuidad no puede ser financiada por las instituciones.

Daniel Burgos B.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.