Grecia apuesta por la derecha

Grecia dio un claro giro político en las elecciones generales del domingo pasado. Tras cuatro años de gobierno de Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda Syriza -que llegó al poder en 2015 en los momentos más graves de la crisis económica del país europeo-, los griegos optaron por moverse a la derecha, dando un claro triunfo a los conservadores de Nueva Democracia, liderados por Kyriakos Mitsotakis, quien juró como nuevo primer ministro el lunes pasado. Pocos ponían en duda la derrota de Tsipras luego del duro traspié sufrido en las pasadas elecciones para el Parlamento Europeo y el creciente descontento de los griegos con su gestión.

El nuevo gobierno griego llega al poder en un escenario muy distinto al que recibió Tsipras en 2015. Luego de tres paquetes de rescate aprobados por la UE, el panorama económico griego ha logrado estabilizarse y el temor a un colapso que fuerce su salida de la zona euro, como se temía hace cinco años, hoy parece lejano. El país, además, ha vuelto tímidamente a crecer. Pero ello no quita que Grecia sigue atravesando una situación de fragilidad económica. Su deuda pública es la más alta de la UE -llega al 180% del PIB-, el desempleo bordea el 20% y el país debe cumplir severas exigencias de Bruselas. Como dijo el nuevo ministro de finanzas, hay "bombas encendidas" en la economía que deberá desactivar.

Es importante por ello que el nuevo gobierno afronte con seriedad la situación y no caiga en tentaciones populistas. A su favor tiene el hecho de que gobernará con mayoría absoluta, algo que no sucedía desde 2009. Su principal apuesta es una fuerte rebaja de impuestos a las empresas -del 28% al 20%- y una reducción del IVA, entre otras medidas. Con ello se busca atraer inversiones, aumentar el poder adquisitivo y darle un fuerte impulso a la economía. El plan, sin embargo, ha despertado cierto escepticismo entre los acreedores y en Bruselas. Por ello, hoy el principal desafío de Mitsotakis es darle confianza a los mercados y demostrar que el camino elegido es el más acertado para sacar definitivamente a Grecia de la peor crisis económica de su historia.