"Es hora de una educación pública"

Alumnos en sala de clases. Foto: Instituto O'Higgins.
Uno de los proyectos propone eliminar las notas en enseñanza básica.


SEÑOR DIRECTOR

En una columna, la ex subsecretaria de educación, Valentina Quiroga, señala que con el rechazo al proyecto Admisión Justa de mérito académico "se puso fin a una cruzada ideológica, sin fundamentos técnicos y sin el mínimo ejercicio republicano de diálogo democrático". Sus afirmaciones están lejos de la realidad.

Académicos, expertos y políticos, de forma transversal, han valorado el aporte que los liceos de alta exigencia han hecho al país. Previo a la votación de Admisión Justa, fue el propio ex ministro de educación, Nicolás Eyzaguirre, quien admitió que este debate quedó mal zanjado en la Ley de Inclusión, entregando evidencia que documenta los efectos positivos de estos liceos y su impacto en la movilidad social. Así, de forma contraria a lo que plantea la ex subsecretaria, quienes levantaron una cruzada ideológica y sin fundamentos técnicos fueron los detractores de Admisión Justa.

Aprobar la idea de legislar un proyecto de ley es precisamente aquel mínimo ejercicio de diálogo democrático al que apela la ex subsecretaria. En este caso, fue negado por los diputados de oposición que, incluso antes que el proyecto ingresara, anunciaron su rechazo. Se negaron así a escuchar a cualquier interlocutor y, sobre todo, a escuchar a las familias usuarias del sistema de postulación centralizado. Somos muchos los que debemos nuestra llegada a la educación superior, como primera generación en nuestras familias, a los liceos de alta exigencia. Quienes se jactan del rechazo de Admisión Justa probablemente no entienden el valor de aquello.

Bárbara Manríquez

Asesora Mineduc

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