Iglesias y cabildos

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SEÑOR DIRECTOR

En su carta respuesta don Miguel A. Vergara, luego de acoger mis argumentos de la necesidad de encarnar en la realidad nuestra opción creyente, hace referencia a dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mt 22,15-21). Afirmación discutida y que obviamente genera diferentes análisis.

Con todo, el dar al César (sociedad política) lo que le es debido en justicia (pagar el tributo) no puede llegar a significar que dejemos como creyentes de dar a Dios lo que también merece en justicia desde la Iglesia (sociedad eclesial) y que se mide en la vivencia de las bienaventuranzas (Mt 5) y de las obras de misericordia (Mt 25).

Y aun cuando nos ponga en riesgo porque nos obliga a salir de nuestras zonas de confort,hay que correr la aventura, pues la gloria del Dios es que el hombre viva y la gloria del hombre es ver a Dios. Vivir para Dios es dignificar a la persona humana y abrir todos los caminos necesarios para tal fin, incluido hoy más que nunca el diálogo. Así, en el encuentro con el otro como hermano y no como un enemigo o peligro, podremos ver algo del rostro de Dios.

P. Fco. Javier Astaburuaga Ossa

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