Incongruencias en La Araucanía


SEÑOR DIRECTOR

La carta de Jorge Pinto publicada ayer, sobre la columna del 29 de julio en la que cuestioné la propuesta de diálogo de los rectores de La Araucanía y el obispo de Temuco, elude el asunto medular: la acción de los grupos político/delictivos que han usurpado la representación del pueblo mapuche para cometer toda clase de delitos. Pinto afirma que las “organizaciones mapuches radicalizadas” son parte de la comunidad regional, “estemos o no estemos de acuerdo con sus acciones”, y que sería un error no invitarlas al diálogo. ¿Por qué dice “estemos o no estemos de acuerdo”? ¿No sería hora de que él tomara posición, y dijera si está o no está de acuerdo?

Pinto no puede estar desinformado acerca de todo lo que ha hecho la Coordinadora Arauco Malleco en los últimos meses. Tiene que saber de los ataques incendiarios que han sembrado el terror en varias comunas de la región. No puede ignorar el robo de madera y de cosechas, ni las diversas formas de extorsión en los caminos de La Araucanía. Incluso, debe estar enterado de que en Carahue “las organizaciones mapuches radicalizadas”, como las llama, atacaron con armas largas directamente a las personas.

Es evidente que los violentos están sacando partido del temor que han sembrado. Capitalizan la actitud de quienes se muestran comprensivos con sus actos, o se preocupan de no incomodarlos, o peor aún, les siguen ofreciendo la coartada histórica a sus jefes para justificar las trapacerías que realizan contra miles de familias en la región. Nada ha dañado tanto al pueblo mapuche como el relato tramposo de que esas trapacerías se efectúan en su nombre.

A lo mejor Jorge Pinto tiene información de que los grupos armados se preparan para dejar las armas y quieren dialogar. Si fuera así, debería informar a las autoridades.

Sergio Muñoz Riveros

Analista político

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