Inmigrantes: un desafío para la salud pública

Haitianos
Imagen referencial de ciudadanos haitianos en el aeropuerto de Santiago. Foto: José Luis Muñoz


La inmigración en Chile se ha transformado en una temática fundamental para nuestra sociedad, la que plantea desafíos en diversas áreas para este gobierno y para los que lo sucedan. La ley sobre migraciones que presentó la actual administración debe considerar de forma prioritaria el área de la salud pública.

Las miles de personas que han llegado, provienen de países con diferentes historias epidemiológicas y sanitarias, y en muchos casos con condiciones de seguridad social muy precarias. Hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes que, habiendo abandonado sus países de origen, buscan una política sanitaria que dé respuesta a sus dolencias y dolores.

Una de estas problemáticas de salud es el estrés que producen los cambios y el luto que éste conlleva, el que posee características específicas que tienden a convertirlo en crónico. Todas las dificultades que enfrenta este grupo de personas: la soledad, la falta de documentos y el miedo, que dan lugar a lo que se ha definido como "Síndrome de Ulises".

En términos de infancia y adolescencia, las patologías abarcan una amplia gama de trastornos, como infecciones emergentes en las que nuestros pediatras tienen poca experiencia. A esto se suma una carga genética diferente que los hace propensos a enfermedades como la talasemia o anemia de células falciformes, inexistentes en niños chilenos.

La llegada de parejas jóvenes, con mujeres en edad fértil, ha impactado las maternidades de Santiago. A eso se suma que las inmigrantes embarazadas acuden más tarde que las chilenas al médico, lo que aumenta los riesgos del parto y sus hijos; asimismo, por razones culturales tienen baja adherencia a los programas de vacunación.

La salud mental es otra situación que no ha sido evaluada por el sistema de salud chileno, donde, además de la histórica insuficiencia de recursos de este sector, se presenta la barrera idiomática que hace necesario el apoyo permanente de intérpretes para migrantes que no hablan español para llevar adelante terapias y seguimientos a quienes padecen algún tipo de trastorno o enfermedad.

En Chile se han alcanzado importantes logros, como el hecho de que cualquier inmigrante, independiente de su situación legal -incluso indocumentado-, pueda acceder a atención de salud en casos de emergencia, control prenatal y de salud infantil. Sin embargo, es necesario mejorar su integración, generando estrategias para que accedan al sistema público de salud en condiciones de igualdad.

En conclusión, es prioritario incrementar la capacidad de relación entre profesionales de la salud, actores políticos y planificadores, junto con educar a la población sobre lo que significa el hecho migratorio. Es necesario realizar estrategias de prevención para reducir la estigmatización, acercarse al lenguaje y a la cultura de los inmigrantes, considerando siempre la conciencia de género en los servicios asistenciales y favoreciendo la participación de las comunidades étnicas.

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