Innovar o desaparecer

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Roger Federer logró lo impensado a los 36 años: ganó un Gran Slam y se convirtió en el número uno del mundo. Lo consiguió adaptándose a un entorno incierto y más competitivo, tomó decisiones que sacrificaron el presente por el futuro, buscó procesos que no conocía y espacios para desarrollar sus talentos. En definitiva, salió de su zona de confort y rompió sus rutinas tradicionales.

Esta es la actitud, el espíritu y cultura con la que hoy las empresas deben asumir los desafíos que la IV Revolución Industrial le impone. En una palabra: innovación.

Y es que países como Alemania, entendieron que no es algo que vaya a suceder, sino que se está viviendo. La ciencia, la innovación e Inteligencia artificial se tomaron el sistema económico y social. La pregunta es ¿cómo Chile se está preparando para este nuevo desafío?

Se hace necesario valorar y desarrollar la creatividad en las organizaciones. Que el error sea visto como parte del aprendizaje. Querer controlar las variables, reducir los riesgos y buscar la certidumbre, tienen como resultado la reducción de la creatividad y, por ende, la capacidad de innovar. Por el contrario, adaptarnos a la incertidumbre, tener equipos diversos e iterar continuamente los proyectos, ayudará a que innovemos antes que otros.

Las compañías chilenas quieren maximizar su retorno sobre la inversión y su patrimonio, optimizando las decisiones de corto plazo en desmedro de una mirada de futuro. Reducción de gastos, procesos más eficientes, mejoras de productos, mayor enfoque en la experiencia y dar un servicio ommnicanal a sus clientes, son sus principales aprensiones.

No obstante, el excesivo foco en el presente, sus productos y sus clientes actuales, hace que las empresas se nublen, cuando en realidad ahí no está la encrucijada del crecimiento. Este viene por la innovación, específicamente por el desarrollo de nuevos productos y mercados para los "no-consumidores". Ahí es donde se encuentra "la gran oportunidad".  Esto lo aborda muy bien el profesor Clayton Christensen de la Universidad de Harvard en su libro The Innovator´s Solution.

Las organizaciones requieren innovar para tener flujos futuros y crecimientos por sobre las expectativas de los accionistas. No obstante, las empresas establecidas, los llamados incumbentes, tienen pensamientos lineales y no son capaces de romper el status quo.  Nos acostumbramos a repetir procesos, formales e informales, como parte de nuestro éxito, y refugiarnos en frases como "así lo llevo haciendo hace tiempo y me ha dado buenos resultados", reduciendo de esta forma su creatividad. Uno de los secretos del éxito del entrenador Pep Guardiola es innovar permanentemente, especialmente si su equipo está ganando.

Para evitar esto, debemos tener lugares aislados en las organizaciones y que estén focalizados en el desarrollo de la creatividad, por ejemplo, a través de una Gerencia de Innovación. También, colaborar más con centros de investigación e innovación de universidades y Startups, para que nos den agilidad y flexibilidad en nuestra cadena de valor.

Si las empresas chilenas no se adaptan a los cambios, desaparecerán. Así como sucedió con Blockbuster, que no solo dejó de innovar, sino que no vio venir a una empresa aún emergente en esos tiempos, Netflix, que terminó por cambiar la industria.

Finalmente, la decisión está en innovar o desaparecer, pero solo saliendo de la zona de confort podremos jugar un Grand Slam que nos lleve a ser los primeros del mundo.

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