Introspección dieciochera

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La bandera


Resulta difícil encontrar extranjeros en Chile a quienes no entusiasmen las Fiestas Patrias. En mi caso, recuerdo mi primer acercamiento. En el contexto sombrío de la dictadura, fue visitando las fondas del Parque O'Higgins.

La transición las ha visto ir a más. Se percibe una preocupación creciente por mejorarlas desde distintos ámbitos, alentando su cultivo y la transmisión de las tradiciones asociadas a ellas. Jamás podría suscribir sobre la cueca -y eso que nunca aprendí a bailarla- aquello que señaló en 1931 Hermann von Keyserling en Meditaciones Sudamericanas: "...frenéticamente bailada entretanto, es el más feo de los bailes nacionales".

Las noticias sobre el zapateo de autoridades en inauguraciones diversas y las polémicas acerca del Tedeum me llevan a una introspección dieciochera, coincidiendo con el último Índice de Desarrollo Humano donde Chile ocupa el lugar 44 y el primero del continente. La percepción de dicho liderazgo la corroboro a menudo en una España donde escucho, cuando al hablar me delatan los modismos, que sería el país que mejor funciona de América Latina. Exagerado o no, a ello contribuyen ciertos aspectos que, vistos desde afuera, ayudan a caracterizar su andadura en las casi tres últimas décadas.

El primero, al apego a la transparencia, que tiene a Chile en el lugar 24 del ranking de Transparencia Internacional, aunque Uruguay lo supera en la región. Por contraste, España ocupa el lugar 41, resistiéndose a implementar de manera completa las recomendaciones del Grupo de Estados contra la Corrupción (Greco) del Consejo Europeo, a quien preocupa especialmente la falta de independencia de la justicia.

En segundo lugar, el auge del emprendimiento. Chile es el primero de la OCDE, además de ser visto como paraíso para los emprendedores sociales. España también es el primero, sí, pero empezando por la cola. De acuerdo a la Encuesta Global de Rentabilidad de Coworkings 2017, 60% no son rentables. Los jóvenes prefieren, por ahora, estudiar temarios para opositar al empleo público. ¿La recompensa? El blindaje de una plaza en el Estado. La opción es legítima pero no alterará su dependencia productiva del turismo.

Podrá decirse que transparencia y emprendimiento integran el corpus ideológico de la modernidad capitalista, pero también correlacionan con las economías desarrolladas. Como sea, remiten a una cierta espontaneidad social, maleabilidad y apertura hacia lo nuevo que constituyen, quizás, lo que un sociólogo como Richard Sennett percibe en América Latina. Lo plantea lamentándose frente una Europa donde se volvería siempre a las mismas ideas y donde la gente "ya no puede imaginar un futuro".

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