Y la acción, la tienes tú

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REUTERS/Nacho Doce


No se puede negar que la COP25 nos deja un sentimiento de frustración, al observar que los avances de las negociaciones no se condicen con la velocidad y ambición que demanda la urgencia climática que la ciencia advierte y los hechos constatan. Más aún, generan preocupación las dificultades evidenciadas al momento de discutir multilateralmente materias tan relevantes como la equidad de género, los mecanismos de compensación por daños a países vulnerables, y los mercados de carbono.

Pero también es cierto que participar activamente de esta cumbre nos permitió darle mayor urgencia a estas temáticas y constatar el importante rol que tenemos todos, ciudadanos, científicos, gobiernos locales, sociedad civil, pueblos indígenas, jóvenes y la empresa privada, en esta lucha. En consecuencia, hoy más que nunca es clave el rol de todos en acelerar las acciones climáticas en los diversos ámbitos de una economía baja en emisiones y resiliente al clima, como son el despliegue de las energías renovables, la electrificación del consumo, la economía circular y la protección de los océanos y bosques, entre otros. En esta línea vemos con satisfacción el gran número de empresas, ciudades y gobiernos subnacionales que se han comprometido a alcanzar la carbono neutralidad en el marco de la Alianza de Ambición Climática, además del compromiso de 500 empresas B de alcanzar la carbono neutralidad al 2030.

Cabe agregar que a pesar de la adversidad que enfrentó esta COP, tanto por contar con una presidencia tardía luego de la renuncia de Brasil y el posterior traslado de sede a Madrid, se logró montar un evento que en lo organizacional fue impecable. Debido a lo anterior, y a otros factores tales como el anuncio de que Estados Unidos se retiraría del Acuerdo de París, la COP25 partió en un contexto desfavorable que incidió en que no se lograran los avances que se anhelaban. No obstante, se incorporó en la discusión un conjunto de elementos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que nos recuerdan la necesidad ineludible de considerar los aspectos sociales en la acción climática, tales como la agenda de género, la equidad social y la visión de los pueblos indígenas.

Es cierto que esta cumbre no logró uno de sus principales objetivos que era sellar un acuerdo en relación a la operatividad del artículo 6, sin embargo, esta era una discusión que se advertía difícil y donde siempre se destacó que no tener acuerdos era preferible a un mal acuerdo.

Finalmente, esta COP25 refuerza la necesidad de avanzar a nivel nacional, de forma urgente, en una agenda de desarrollo sostenible que articule a todos los actores de la sociedad civil, empresa y al gobierno. Para nuestro sector esto significa dirigir los esfuerzos conjuntos hacia energía limpia y asequible, que logre resolver los desafíos climáticos junto a los de calidad del aire y acceso equitativo a energía de calidad. En este camino es que como Generadoras de Chile queremos seguir aportando desde el convencimiento de que la electricidad tiene un rol preponderante para alcanzar los compromisos climáticos, ambientales y sociales que como país y planeta nos hemos fijado.

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