La calidad sí tiene precio



SEÑOR DIRECTOR

Con profunda frustración e impotencia, las distintas universidades hemos observado cómo diversos diputados han impulsado un proyecto de ley que difunde la equívoca idea de suspender los pagos de aranceles, debido a las consecuencias de la pandemia. De aprobarse, esta iniciativa tendría consecuencias terribles para cualquier institución de nuestro sistema.

Es que las universidades tenemos el rol de formar, vincular, crear y difundir conocimiento, funciones de alta complejidad y que requieren de un equipo académico y administrativo de primer nivel. Asimismo, las instituciones estamos sujetas constantemente al escrutinio público, privado y regulatorio, que demanda altos niveles de calidad, incluyendo nuestra capacidad tecnológica e investigativa.

Por ello, es necesario preguntarse: ¿cómo vamos a cumplir con todos estos objetivos y requerimientos, si por simple voluntad política se plantea que el pago de la educación superior puede ser postergada?

La calidad es un conjunto de parámetros, procesos y funciones, que requiere de recursos. De hecho, las universidades, en su mayoría, hemos realizado enormes esfuerzos para poder seguir brindando nuestros proyectos educativos, a pesar de las dificultades que trajo la coyuntura sanitaria.

Sin recursos no podremos seguir liderando este proceso de aprendizaje ni mantener nuestros estándares académicos y de investigación, que han sido fundamentales en este proceso.

Este es el minuto de apoyar a las instituciones universitarias y no desmantelarlas financieramente por un populismo pasajero.

Mario Herane

Vicerrector de Desarrollo y Gestión

Universidad Mayor

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.