La campaña de la izquierda por el rechazo

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En estas fechas es usual que los economistas nos centremos en las proyecciones del año que se inicia. Sin embargo, la situación del país vuelve a mostrar que la política precede a la economía cuando se trata de las perspectivas. El proceso constituyente en un clima de desorden público eclipsa todo, y lo que ocurra en materia económica en 2020 y hacia adelante depende de estos factores en forma crucial. Poco importa en las estimaciones lo que ocurra en el escenario externo, porque ahora, sin polémicas al respecto, el pobre resultado esperado se explica por las condiciones internas. Podríamos incluso autogenerarnos una recesión.

El país requiere cambios institucionales que incluyen materias tan claves como el orden político. En principio entonces, el acuerdo por una nueva Constitución surgida teóricamente en democracia podría haber sido un elemento positivo, sin embargo, no lo está siendo en absoluto, todo lo contrario. El tristísimo espectáculo dado por la clase política primero, me han convencido de votar por la opción "Rechazo", y segundo, con casi nulas expectativas de terminar con reglas del juego mejores a las actuales. Todo indica que esta no sería una Constitución surgida de un debate serio y profundo, exenta de presiones y en un clima de paz social.

Más allá de la violencia, que es gravísima y a la cual no podemos acostumbrarnos, el grado de beligerancia política nos retrotrae a los peores momentos de nuestra historia. El Congreso se ha convertido en un ring de lucha libre, en que por defender sus posturas los parlamentarios son gravemente amenazados y asediados por sus pares y funcionarios del mismo Congreso. Es cierto que esta polarización es un fenómeno mundial, pero el grado de violencia con que se vive en Chile no lo es, y es rol de la propia clase política una condena clara y contundente al fascismo que se está instalando en nuestro país, y que puede terminar muy mal. Han pasado más de dos meses desde el inicio de este estallido, y no ha sido posible esa condena transversal. ¿Es factible en este contexto ser optimista sobre los resultados del proceso constituyente? Es ilusorio, y de hecho la actitud en extremo beligerante de la izquierda más radical es la mejor campaña del voto "Rechazo", al menos para mí lo ha sido: "Más vale malo conocido que bueno por conocer".

Entonces, si hablamos de perspectivas económicas, la diferencia entre crecer o caer en recesión depende totalmente de la política, y de la más impredecible aún violencia callejera. Mientras ésta última acaba de dañar seriamente el proceso de ingreso a la educación superior, las acusaciones constitucionales y las interpelaciones a ministros muestran las mezquinas prioridades de la oposición. Dejando de lado mi sombrero de economista, como ciudadana le digo a los parlamentarios ¡basta ya!

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