La contaminación demagógica

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La Comisión de Trabajo sesionó este lunes de manera especial para votar el proyecto. Foto: AgenciaUno


La aprobación del proyecto de las 40 horas por parte de la comisión de Trabajo de la Cámara refleja elocuentemente el deterioro del Congreso. En esa decisión confluyeron la liviandad legislativa y el bullicio mediático de una consigna. La encuesta Cadem del 2 de agosto incluyó una simpleza: preguntó a la gente si estaba de acuerdo o no con reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas. El resultado era previsible: 74% estuvo de acuerdo y 22% en desacuerdo. La mayoría de los encuestados entendió que la ley garantizaría que por 40 horas se ganaría lo mismo que por 45. ¡Era como para hacer una fiesta!

Con tal estímulo, todas las bancadas opositoras se subieron al carro de la popularidad fácil. ¿Alguna preocupación por quienes no tienen ninguna jornada que reducir por estar desempleados o subsistir con trabajos informales e inestables? En absoluto. ¿Inquietud por el riesgo de que aumente el desempleo y bajen los salarios? Ninguna. Frente a las prevenciones del presidente del Banco Central, la diputada Vallejo llegó a decir: "Nunca ha sido un argumento el tema económico para trabar una iniciativa de esta envergadura".

En este cuadro, el Presidente Piñera cometió un grueso error al aceptar la lógica de reducir ahora la jornada laboral, cuando el escenario macroeconómico exige prudencia y los vientos de la economía mundial son amenazantes.

Propuso 41 horas en un plazo de ocho años, y de ese modo le dio alas al oportunismo. En contraste, todos los economistas más respetados del país afirman que es esencial elevar la productividad de la economía antes de cualquier reducción de jornada, y que la verdadera prioridad es aprobar la reforma previsional, que permitirá mejorar las pensiones bajas.

David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, dijo hace poco: "Echo de menos a líderes que les digan a las personas las cosas que les cuesta escuchar. Solo quieren darles noticias sobre cosas que suenen bien, trabajar menos y ganar más" (EM, 18/09). Agregó que la propuesta de reducir la jornada laboral se ha hecho sin estudiar los posibles costos y beneficios. Si se reduce de 45 a 40 horas, dijo, los costos laborales subirán en 12,5%, y si se reduce a 35 horas efectivas (al incluir el tiempo de colación), los costos subirán en 28%, lo que implicará "poner una presión al mercado del trabajo que no es soportable". Señaló, además, que el proyecto choca con la tramitación de la reforma de pensiones, que elevará los costos previsionales.

En las próximas semanas, la Cámara podría aprobar el proyecto de las 40 horas, y quizás el Senado haga lo mismo. ¿Qué vendría después? No parece importarles mucho a quienes solo piensan en las ganancias políticas de la venta de fuegos artificiales. Quizás algunos tengan dudas, pero consideran primordial salir en la foto. No hay duda de que necesitamos mejores parlamentarios.

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