¿La deuda hospitalaria, un problema sin solución?

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Un paciente mira por la ventana del Hospital Miguel Pérez Carreño, en Caracas, durante el primer gran apagón del 7 de marzo, que dejó cerca del 90% de Venezuela a oscuras.


SEÑOR DIRECTOR

El complejo tema de la deuda hospitalaria lleva años exigiendo múltiples estrategias. Vivimos más años con hábitos y estilos de vida menos saludables que exigen tecnologías más costosas, siendo el gasto público en salud insuficiente, la mitad de lo que recomienda la Organización Panamericana de la Salud. Además, hay que gastar mejor, aumentando la inversión en la atención primaria y mejorando la eficiencia de los procesos de inversión, compra, distribución, uso y gestión de los recursos; minimizando el derroche en prestaciones innecesarias y en pérdidas por mala calidad, entre muchos otros ámbitos posibles.

En Chile, es clave que los incrementos del gasto vayan al primer nivel de atención -lo que ha estado estacionario en los últimos años- y al desarrollo en red, de cuidados domiciliarios y de centros ambulatorios de alta tecnología para diagnóstico y tratamiento -incluida cirugías- en modelos extra hospitalarios eficientes y seguros, de modo de prevenir daño y hospitalizaciones. Los médicos son los que determinan qué y cuánto se gasta en salud, por lo que es urgente revisar cómo se paga a los médicos en el sector público, ya que sus salarios no guardan relación alguna con producción, calidad ni resultados; por el contrario, hay incentivos para modos inflacionarios de compra de servicios.

La mejora de gestión requiere de directivos hospitalarios estables, lo que aún no se logra por la incomprensible captura partidista del sistema de alta dirección pública en el sector salud. Finalmente, hay que modificar el modelo de atención del sistema privado, de manera se evite el sobre consumo de prestaciones, lo cual también genera un efecto inflacionario en el sector público.

De crisis en crisis y de tensión en tensión entre el Ministerio de Salud y Hacienda, aún no hemos logrado implementar políticas públicas integrales que comprendan que el endeudamiento hospitalario es solo un síntoma de un mal sistémico generalizado.

Osvaldo Artaza Barrios

Ex ministro de Salud

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