La gran oportunidad para las FF.AA.

FFAAWEB El proyecto del Ejecutivo se encuentra en su primer trámite en el Senado.


Cuando pensábamos que era suficiente con el millonario fraude al interior de Carabineros, se asomaba otro escándalo en las Fuerzas Armadas: La arista sobre la devolución de pasajes en el Ejército dejaba entrever una nueva mala práctica en una de las instituciones más reputadas que quedaba en el país. Con el paso de los días aparecían nuevos antecedentes que incluso llegaron hasta la venta de armas a narcotraficantes, hechos que asociábamos a otros países, se conocían en Chile en medio de la crisis que enfrenta Carabineros y el Ejército.

Más allá del asombro, el Gobierno se esmeró por dar soluciones rápidas y que borren de las filas la corrupción ligada a los uniformados. Una carta donde al menos el Ejército debe jugarse el todo por el todo y demostrar que sí se puede implementar un cultura de hacer bien las cosas.

Dentro de las medidas del Ejecutivo, está la conformación del Comité de Auditoría Externa, grupo que se formó solo por civiles con la idea de supervisar y fiscalizar las medidas de control y de recursos de las Fuerzas Armadas. Dentro de ellas, supervisar la gestión de los sumarios internos, la venta de material dado de baja y la contratación de personal.

Respecto de este último punto, es de suma importancia que la auditoría y el control sean de carácter externo ya que la fiscalización entre pares no se ve bien y no tiene la misma efectividad de un tercero. Esto, aplicándolo en todos los sectores y no solo pensando en este caso en particular.

En este sentido, nos topamos con medidas muy parecidas a las que está tomando el sector privado a través del compliance, donde los controles son la base de todo buen funcionamiento. Vemos un organismo externo que viene a poner los puntos sobre las íes y las exigencias básicas que el Ejército no supo cumplir en medio de su autonomía.

Pero este organismo también implica una oportunidad para que los uniformados conozcan la importancia de medir los procesos, conocer sus debilidades y mantener a raya los riesgos que amenazan a la institución.

Durante este último tiempo hemos sido testigos de que la discusión sobre el tema ha significado un gran paso para reformular leyes y decir nunca más. Las exigencias se han elevado acorde a los nuevos tiempos y vemos un avance sustantivo en materia de probidad y transparencia, pero para cumplir esos nuevos estándares también se requieren voluntades, franqueza y crear consciencia sobre lo mal que le hace la corrupción al país en todo orden de cosas.

Todos los organismos e instituciones estatales deben dar el ejemplo si de buenas prácticas se trata, aunque no debería haber división entre lo público y lo privado a la hora de combatir la corrupción. Lo importante es aprender la lección: Todos tenemos un rol para hacer de Chile un país mejor.

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