La idea de legislar



SEÑOR DIRECTOR

Cuando se debate sobre la idea de legislar, se suele recurrir a afirmaciones generales, muchas veces expresión de posturas ideológicas: cada quien defiende su forma de ver el mundo. Así me lo indica mi experiencia legislativa de muchos años. En cambio, una vez que se pasa a la discusión particular, los legisladores deben pronunciarse sobre propuestas específicas, que se refieren a modificaciones legales llamadas a incidir sobre la realidad, en el actual caso, sobre la vida económica del país. Las posturas ideológicas muestran entonces toda su debilidad para fundamentar una votación positiva o negativa.

Es la historia de las grandes reformas desde el retorno de la democracia. La votación dividida por parte de la oposición sobre la idea de legislar quedó atrás. El desafío es la votación en particular.

No será fácil el camino del ministro de Hacienda. Intentará convencer a los diputados de que el proyecto no "favorece a los ricos", y que no disminuye la carga tributaria, mientras los empresarios pregonan la necesidad de bajarla para ganar competitividad; de no lograrlo, parecieran desechar la iniciativa.

Es de esperar que la discusión de la Reforma Tributaria no se prolongue excesivamente y que el gobierno y los parlamentarios la enfrenten con un espíritu de apertura al diálogo, escuchando a los expertos. El gobierno no debe oír las voces de quienes en su sector lo animan a "morir con las botas puestas" defendiendo sus ideas, culpando a la oposición de obstruccionismo. Esa actitud nunca ha dado buenos resultados, ni políticos ni electorales. Hay que saber gobernar con mayoría opositora en el Congreso. En muy contadas ocasiones se pierde ganando. Otro tanto vale para la o las oposiciones, que aspiran pronto a volver a La Moneda.

José Antonio Viera-Gallo

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