La importancia de la educación técnico profesional

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El centro de formación técnica y el instituto profesional de Inacap están entre los que tuvieron mayores excedentes. Sin embargo, la universidad registró grandes pérdidas.


¿Qué tiene en común el anuncio presidencial de incremento de la gratuidad al 70% de los más pobres de Chile que estudian en la Educación TP, con empresas como Telefónica, Chuquicamata o su casa particular? Fácil, todas funcionan gracias a los técnicos. No son los abogados, periodistas ni doctores quienes hacen funcionar la luz eléctrica, el refrigerador, la televisión o el calefont de una casa. En las empresas pasa lo mismo: la columna vertebral de su funcionamiento son los técnicos profesionales. Ellos logran que millones de chilenos vean televisión, hablen por celular, tomen leche pasteurizada o se hagan exámenes médicos.

El viernes recién pasado Telefónica firmó un acuerdo de complementación con el Duoc y el Inacap, dos IP que educan a más de 200 mil técnicos. Telefónica sabe que solo puede prestar un buen servicio de telecomunicaciones si tiene buenos técnicos que mantengan esas líneas funcionando 24/7. Por eso Claudio Muñoz, presidente de la empresa, lo dijo tan bien: "No hacemos esto por responsabilidad social, lo hacemos por la necesidad de disponer de los mejores técnicos para prestar un servicio de excelencia que es lo que los chilenos demandan".

Inacap y Duoc no son exitosos por azar; saben que educan a miles de jóvenes, para capacitarlos en línea con las necesidades de las empresas. Por eso les sale natural trabajar codo a codo con ellas, para entender lo que necesitan y adaptarse rápidamente al cambio. Este convenio con Telefónica es parte de los cientos de convenios que muchos CFT e IP mantienen con la empresa privada y que debemos transformar en miles. Por eso, la presencia de Alfonso Swett, presidente de la CPC -máxima entidad empresarial-, no fue casual. El gremio también entiende que el futuro laboral y empresarial de Chile pasa por la capacitación técnica permanente de nuestros trabajadores. Y los dirigentes sindicales comparten este diagnóstico, por eso están preocupados del entrenamiento y capacitación sistemática de sus representados.

Mientras en las facultades de derecho se sigue estudiando derecho romano, el mundo TP se caracteriza por su permanente actualización. Sería impensable e inconveniente de otra manera porque la obsolescencia es vertiginosa. Esto obliga a los CFT e IP a ser flexibles y adaptativos en sus carreras, métodos de enseñanza e inversión tecnológica, así como adecuar sus horarios a las disponibilidades de sus estudiantes y mantenerse al día en las necesidades de la industria. Y no podría ser diferente si queremos posicionar la opción TP -el puente más efectivo entre el mundo del estudio y el mundo laboral-, como una alternativa verdaderamente competitiva y de excelencia.

El Presidente Obama reflexionaba: "Si ustedes creen que la educación es cara, esperen a ver lo cara que es la ignorancia". La lucha por la igualdad de oportunidades se gana educando en las aulas y trabajando más y mejor. La educación técnico profesional hace las dos cosas y por eso el país celebra el reciente anuncio del Presidente Piñera que beneficia a más de 13 mil estudiantes TP y se enmarca en el profundo compromiso de este gobierno con la clase media chilena.

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