La Ley de la discordia

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La manzana de la discordia, según la mitología griega, fue aquella manzana dorada entregada por la diosa Eris a la mujer más bella en la boda de Peleo y Tetis. El suceso terminó ocasionando la histórica Guerra de Troya. La supuesta razón de la discordia: La belleza y el amor. El famoso mito griego no dista mucho de los recientes sucesos acontecidos en el último mes a raíz de la discusión sobre la ya famosa Ley de Fomento de las Artes Escénicas ante la Comisión de Educación del Senado. Sucesos que han mostrado una división sectorial en el mundo de las Artes Escénicas chilenas.

Argumentos a favor y en contra se han planteado en los medios apoyando distintas posturas. Referencia a sociólogos de la cultura, definiciones y redefiniciones de las artes escénicas, de lo clásico y lo contemporáneo, de la actualidad del consumo cultural, sobre la historia del proceso de gestación de la ley, entre otros.

El suceso más reciente, inédito y relevante es la moción de un importante grupo de Senadores de la República solicitando a la Presidencia el envío a tramitación de un proyecto de Ley de Fomento de la Ópera. Reconocimiento que se genera dada la cantidad de teatros, públicos y privados, que están ejecutando óperas en sus temporadas en Chile y la necesidad del desarrollo de sus audiencias entre otros argumentos esgrimidos en la propuesta.

¿Es necesaria una ley de fomento exclusiva para la ópera? El importante reconocimiento y respaldo a este género desde el órgano legislativo chileno, promueve la necesidad de análisis real de integración de la ópera a la Ley de Fomento de las Artes Escénicas en discusión, considerando esta vez la posibilidad de un aumento de su presupuesto inicial. 

Junto al reconocimiento del Senado, la transdisciplinariedad e integración de los géneros en las mismas propuestas escénicas, nos lleva a creer en una lógica de incorporación de todas las artes escénicas bajo una misma ley. Tendencia artística que no es novedad como se ve desde los comienzos del desarrollo de las artes escénicas.  Para ello hay múltiples ejemplos como es el caso de El burgués gentilhombre de Molière, estrenado en 1670, comedia ballet  con música Lully y coreografía de Beauchamp; Edipo Rey, ópera-oratorio con música  de Ígor Stravinsky y libreto de Cocteau; así también la incorporación de la tecnología digital ha planteado la inclusión del lenguaje audiovisual a la escena como se ve en la línea de trabajo del director del escena de teatro y ópera Peter Sellars, o como vimos en la Katia Kabanova del cineasta chileno Pablo Larraín en el Municipal de Santiago hace unos años.  En la escena actual también observamos esta misma transdisciplinariedad ,  como es el caso de la obra Idomedeo de Manuela Infante, obra que se sitúa a medio camino entre un relato teatral y un concierto electrónico; y también en King Arthur, mascarada o semi ópera bajo la dirección de escena de Gonzalo Cuadra. Ambas obras en cartelera en el GAM.  Por citar solo algunos ejemplos que nos reflejan que agrupar a todas las artes escénicas bajo una sola Ley sería lo más lógico y eficiente para el desarrollo de la cultura en un país en vías de desarrollo.

Grandes resultados se han obtenido de la asociatividad en las artes a nivel internacional y nacional para levantar proyectos e incidir en políticas públicas y en fondos de privados, tal como lo ha hecho el cine chileno, por ejemplo. Unidad y trabajo en conjunto necesitará este mismo sector para el desarrollo que se está iniciando junto a Prochile para el desarrollo de la marca sectorial de artes escénicas. También se requerirá un sector unido para el fortalecimiento de la Red de Teatros Regionales, tan necesaria para articular circulación, eficiencia presupuestaria y programática.

Chile es un país que presenta bajos niveles de consumo cultural como lo muestra cada vez la Encuesta Nacional de Participación Cultural reflejando que solo un 30% de los encuestado ha asistido a espectáculos de danza, ópera, música clásica y música actual. La unión, diálogo, entendimiento y eficiencia de los escasos recursos son claves para avanzar en el acercamiento a más consumidores en forma transversal a la música y las artes escénicas.

¿Cómo terminará el mito en el caso de la Ley de la discordia? ¿Seremos capaces los

distintos sectores de organizar un diálogo fructífero y con mirada de largo plazo que, finalmente, y como decía Aristóteles, "el todo sea más que la suma de las partes"?

Con una señal de unidad más fuerza tendrá la lucha por mejorar políticas y conseguir más recursos de parte del estado y/o privados, mostrando una posición más estratégica que táctica. Chile necesita más cultura, y es necesario tener más actores unidos para conseguir un mayor apoyo y así lograr este cometido.

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