La maltratada

"La Segunda Profesional no sólo es injusta, arbitraria y poco competitiva, sino que también funciona fuera del reglamento de la FFCH y por consiguiente de la FIFA".



En la columna de la semana pasada anticipamos los problemas que traería la decisión del consejo de presidentes de la ANFP de quitarle el ascenso directo a la Segunda Profesional y reemplazarlo por un partido contra el último de la Primera B. Desde ya, los doce clubes que integran la Segunda anunciaron que no participarán en el torneo si esta medida arbitraria y antideportiva se mantenía. De la misma manera, el SIFUP tiene una huelga a la mano por las mismas razones. Arturo Vidal, dueño del recién ascendido de Tercera A Rodelindo Román, trató a la dirigentes de la ANFP de “asegurados y cobardes”…

Tal vez el consejo de presidentes, en un esporádico acto de sensatez, justicia y mínimo sentido de la competitividad, eche atrás la medida, pero los problemas de la Segunda Profesional se mantendrán porque el asunto viene podrido desde la concepción de esta categoría. Veamos: la Segunda División profesional fue un invento de Sergio Jadue y sus laderos en 2011 con el argumento, falaz, de crear una división intermedia, rentada, entre la Primera B y la Tercera. La carta ganadora era que los clubes grandes podrían tener sus filiales ahí y potenciar sus jugadores ascendentes. Bueno, lo de las filiales duró un año, los clubes apenas tenían caja para un plantel profesional y no les daban los números para dos. Esa faramalla se desmontó sola.

Vamos al punto central: la verdad es que fue creada para formar un tapón artificial entre el amateurismo y el profesionalismo ¿Por qué? Porque las platas de la televisión eran cada vez más cuantiosas y los afectos a la ANFP, 36 clubes, no querían que nadie se metiera al baile. Como si esto no bastara, un escalón intermedio, metieron el derecho de admisión de 50.000 UF que sólo el Tribunal de la Libre Competencia pudo sacar en 2020. Es decir, si salías campeón de Tercera, pasabas a Segunda Profesional, y si salías campeón, tenías que pagar $ 1.465.829.000 pesos de hoy, antes de asomarte siquiera a la B. Equipos semiprofesionales, sin derechos de televisión, sin ingresos importantes, debían llegar con un maletín con casi dos millones de dólares para ser aceptados. Y esto se mantuvo impunemente por años.

Pero hay otro dato, según los estatutos de la Federación de Fútbol de Chile, la que realmente está afiliada a la FIFA, la ANFP no tenía derechos ni atribuciones para crear nuevas divisiones, que es una potestad que sólo le cabe a la Federación. Por lo tanto, la creación de la Segunda Profesional es antirreglamentaria, ya que fue inconsulta con los dirigentes de la ANFA, los otros integrantes de la Federación. Conclusión: la Segunda Profesional no sólo es injusta, arbitraria y poco competitiva, sino que también funciona fuera del reglamento de la FFCH y por consiguiente de la FIFA.

Por lo mismo, y vuelvo al segundo párrafo, la Segunda Profesional seguirá padeciendo y navegando al garete mientras esté bajo el arbitrio del consejo de presidentes de la ANFP. El cual, y disculpen la figura retórica tan gráfica e incluso desagradable, pero es la más certera que se me ocurre, tiene a esta división como condón, para usar, gozar y desechar. Conclusión, no queda más que disolverla, potenciar la Tercera División A y dejar que el fútbol competitivo fluya libremente. Es un verdadero quiste en el fútbol chileno. Todo lo demás son patrañas y mentiras de aprovechadores y oportunistas.

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