La oficina

mgr_mineriaau630-1023x573


La mitad de los proyectos de inversión en Chile están "parados en la etapa de permisos", dice un periódico dedicado a la economía, convirtiendo a los "permisos" en monstruos con vida propia o vallas artificiales creadas solo para el beneplácito de los burócratas. Pero podéis estar tranquilos, compatriotas, porque el gobierno (ansioso de superar los chascarros y retomar el control de la agenda) ha creado la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables y nos promete que su sola acción generará ¡250 mil nuevos empleos!

Detengámonos unos segundos en la pomposa denominación de esta "oficina". Según la prensa, inicialmente el nombre aludía directamente a "grandes proyectos", lo que resultaba políticamente incorrecto, aunque más franco. Porque no veo, excepto alguna señal para las "cámaras", al señor Obach, el encargado, dedicado a destrabar el permiso de venta de alcohol al boliche de la esquina ni apurando el timbraje de facturas para el almacén del barrio.

Claro que la "oficina" también colaborará con uno que otro emprendedorcillo taquilla de garaje o algún hípster de barbas crecidas que descubrió que lo suyo no era el Derecho sino confeccionar zapatos a mano. Pero lo que en realidad los mueve son las iniciativas de muchos millones, varias de las cuales deben estar vinculadas al círculo de amistades o conocidos del mismo gobierno.

Lo segundo es esta alusión a los "proyectos sustentables", como si la mentada oficina fuera a tener alguna capacidad de detección temprana y calificación de las iniciativas antes que cualquier otro organismo técnico. Según el mismo diario, la mayoría de los proyectos "parados" se ubica en el norte y no es arriesgado suponer que se trata de iniciativas mineras. Y la minería, digan lo que digan, no es sustentable por el simple hecho de ser una industria extractiva que está dejando al país plagado de unos tranques de relaves inmundos, que nos acompañarán por los siglos de los siglos.

Así que, en resumen, la pega del señor Obach consiste en andar apurando a cuanto organismo se cruce por el camino. Imaginen la felicidad que debe producir esta idea al empresariado. Resulta tan fantástico como contar con una oficina de gestión eficiente de trámites para los ciudadanos de a pie. Una que nos ayude cuando colapsa el Registro Civil o cuando Policía Internacional zozobra ante la llegada de más de un vuelo simultáneo en el aeropuerto.

Pero somos simples ciudadanos y no nos da para una oficina de agilización de trámites. Esos los tenemos que hacer nosotros mismos, uno detrás del otro, esperar en la fila y soportar el humor del empleado de turno.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.