La reelección presidencial



SEÑOR DIRECTOR

Cada cierto tiempo vuelve la discusión sobre el período presidencial, tanto su duración como la reelección inmediata. Su persistencia evidencia las dificultades que tiene el sistema político para contar con un marco constitucional para el ejercicio del poder, dificultades propias de una transición incómoda y de una democratización en deuda.

Como sea, este tipo de discusiones debieran estar acompañadas de una reflexión más profunda respecto a la actual insuficiencia de las formas de representación política y a la esquiva legitimidad del modelo constitucional.

Teóricamente, en representación del pueblo, la coalición gobernante ejerce un poder político destinado a implementar el programa para el cual fue elegido el Presidente; pero cuenta con poco tiempo para ello. Los problemas que genera la corta duración de su mandato son síntomas de un problema mayor: ese poder se ejerce dentro de formas constitucionales, que entorpecen la representación de la voluntad política del pueblo y, por tanto, la implementación del proyecto legitimado en las urnas. Es un problema transversal, que afecta no solo al Presidente o al Congreso, sino también a instituciones claves para el sistema democrático, pero cuya práctica política rompe los equilibrios democráticos más básicos, como el Tribunal Constitucional.

Es por ello que esta discusión debiera seguir una lógica distinta de la que hemos visto en los últimos años, es decir, terminar con aquella política de la cuña fácil, que deriva en parches institucionales, en soluciones parciales.

En suma, debemos revisar cómo funciona el diseño institucional en su conjunto. Solo así podremos saber qué tipo de período presidencial necesitamos, cómo estructurarlo y qué tipo de mecanismos institucionales y populares tendremos para su control.

Jaime Bassa

Académico Escuela de Derecho Universidad de Valparaíso

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