La sorpresiva jugada de Mauricio Macri

A casi un mes de que la expresidenta argentina Cristina Fernández sorprendiera al optar por no liderar la fórmula presidencial de su sector -dejando la candidatura a la presidencia en manos de Alberto Fernández-, el Presidente Mauricio Macri también remeció el tablero político en Argentina. En una medida inesperada, el Mandatario eligió al hasta entonces líder de la bancada justicialista en el Senado y una de las figuras más tradicionales del peronismo transandino, Miguel Ángel Pichetto, como su compañero de fórmula de cara a las elecciones presidenciales de octubre próximo.

Frente a unas elecciones que se vislumbran estrechas y donde las encuestas adelantan hoy una derrota de Macri frente a la fórmula Fernández-Fernández, la apuesta del Presidente parece acertada, pese a las críticas de algunos sectores, que ven en su decisión un reconocimiento de su fracaso. Con la incorporación de Pichetto, el Mandatario busca captar a un amplio sector del peronismo no kirchnerista, que en una elección estrecha, como la que se prevé, podría ser decisivo para ganar. Además, se alía con una figura clave para la siempre difícil relación con los gobernadores peronistas.

Pero al margen de esa inesperada alianza con uno de los barones del peronismo transandino y el eventual rédito electoral que ello le podría traer, la verdadera clave de Mauricio Macri para lograr su reelección está en la economía. Solo de la mano de una mejora de las expectativas y una reducción de la inflación, el Mandatario podría optar seriamente a conseguir su reelección en octubre. La señal de gobernabilidad que busca entregar con la incorporación de Pichetto puede en ese sentido mejorar la confianza de los inversionistas, pero está lejos de ser suficiente.

En la medida que no se avance con medidas de ajuste que permitan corregir efectivamente los desequilibrios que arrastra desde hace décadas la economía transandina, la fragilidad del sistema permanecerá latente y seguirá amenazando la estabilidad política del país.