La vacuna y la pequeñez



Por Gonzalo Cordero, abogado

En estos días renace la esperanza, y no es solo un buen deseo, ahora la fe en el porvenir se materializa en una vacuna capaz de inmunizarnos contra la pandemia; es la expectativa de recuperar nuestras vidas, de tener contacto con nuestras familias y para muchos emprendedores y trabajadores es ver la luz al final del túnel.

Pero, como en todas las cosas de la vida, los bienes no se reparten de manera igualitaria, algunos países se prepararon a tiempo y negociaron en el momento oportuno con los laboratorios que finalmente desarrollaron el antídoto; otros, en cambio, hicieron las cosas mal, confiaron en una solución universal, en que llegaría la inmunidad de rebaño o simplemente no vieron lo importante que era anticiparse. Es que la fábula de la hormiga y la cigarra es consustancial a los seres humanos.

Chile está entre los primeros, entre los que se preparó y tomó las decisiones correctas, así ha sido a lo largo de esta catástrofe sanitaria. ¿Es que lo hemos hecho todo bien, acá no se han cometido errores? Desde luego que no, ha habido equivocaciones como en todas partes, como era inevitable frente a un ataque desconocido, en que se iba aprendiendo sobre la marcha; con todo, las autoridades tuvieron tres grandes aciertos que, a mi juicio, hacen la diferencia: oportunamente se adquirieron los ventiladores mecánicos necesarios, se dotó al sistema de las camas críticas indispensables y, con la misma diligencia, se adquirieron las vacunas. A todo lo anterior se agrega un personal de salud eficiente y comprometido como pocos en el mundo.

La semana pasada comenzaron a llegar y aplicarse las vacunas, en el primer embarque unos pocos miles, pero a contar de ahora habrá un flujo continuo, proveniente de los distintos laboratorios, que permitirá inmunizar aproximadamente a 5 millones de personas en el primer trimestre del año que comienza. Es decir, para comenzar, la población de mayor riesgo estará a salvo al terminar el verano.

Esto, que debiera ser motivo de alegría y reconocimiento generalizado, es más bien ignorado en su valor por los medios de comunicación, cuya mayor preocupación es si el Presidente Piñera se está “exponiendo” mucho; es la política comunicacional, como si el hecho de ser uno de los primeros países del mundo en estar vacunando -el primero en Sudamérica- fuera un hecho trivial.

El ministro de Salud a la fecha de la adquisición de las vacunas -y de los otros dos aciertos- es objeto de persecución penal, un senador denuncia el “show” por unas dosis insignificantes, la presidenta del Colegio Médico critica todo con regularidad aritmética. Lamentablemente, no todo puede ser esperanza, porque no hay Constitución ni democracia que funcione con la pequeñez que, en muchos, impone la búsqueda del poder a cualquier precio.

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