Los desafíos del nuevo ministro de Vivienda

Cristián Monckeberg


El designado ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, asumirá un desafío gigantesco a partir del próximo 11 de marzo, porque deberá adoptar muchas medidas sobre los actuales programas y proyectos que ejecutar esta cartera.

La regeneración urbana, erradicar los campamentos, fortalecer el arriendo social e incentivar los territorios sostenibles, entre otros, son sólo parte de sus desafíos. Pero también lo es el no perder de vista los ajustes que debe adoptar hacia dentro del ministerio para construir una mirada de largo plazo que potencie su rol y lo transforme en un motor de equidad y desarrollo para todos los chilenos.

Con la esperanza de que esta nueva gestión sea un aporte sustantivo en estos desafíos, queremos aportar al debate y sugerirle al nuevo ministro 4 medidas que son clave para el futuro del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

1.- Avanzar hacia una mirada territorial: no es la vivienda ni el urbanismo el camino de largo plazo. Hoy los desafíos de pobreza y equidad se juegan a nivel territorial. El foco debe cambiar desde la mirada vivienda/barrio a la mirada barrio/territorio. Entendiendo las cuencas como el Valle del Huasco o las zonas saturadas como Puchuncavi, por dar ejemplos, el Minvu debe impulsar intervenciones integrales ejerciendo un liderazgo clave y necesario. Las capacidades están, solo falta la mirada.

2.- Asumir la responsabilidad política de la intersectorialidad: No hay un mandato especifico, pero si no lo hace el ministerio, nadie lo hará. La mirada territorial se juega en gran parte en la capacidad de los equipos ministeriales de generar alianzas y colaboración al interior del mismo Estado. Por ejemplo, pensar el programa "Quiero Mi Barrio" con una línea fuerte de emprendimiento liderada por Fosis, Sercotec o Corfo; o el vínculo con Bienes Nacionales para proyectos de vivienda con buena localización. Cosas así serían medidas de profundo impacto a muy bajo costo, que sólo requieren liderazgo del nuevo ministro.

3.- Innovación en la relación con los actores territoriales: El rol de los privados es clave, como movilizadores de soluciones, generación de riqueza y empleo. Potenciar relaciones con fundaciones como Proyecto Propio, Techo o Urbanismo Social, entre otras, o con las cooperativas de vivienda como Conavicoop, permiten pensar en masividad y calidad al mismo tiempo. Pero la verdadera oportunidad está en potenciar los proyectos auto gestionados. Es urgente pasar desde proyectos "llave en mano" a proyectos de barrio/territorio, en los que la misma comunidad, no solo participa opinando, si no  siendo parte de la cadena de valor. Que los mismos comités puedan patrocinar sus proyectos o construir sus viviendas es una oportunidad de emprendimiento e innovación que Chile no puede desperdiciar.

4.- Modernización urgente del SERVIU:  No es posible pensar en ciudades de calidad sin una profunda modernización del motor operativo como el Serviu. Reducir a 30 días efectivos los plazos de pago, minimizar la burocracia que no agrega valor, introducir profundamente las TIC´s, son mínimos que permitirán mejorar y acelerar los proyectos, pero también serán medidas movilizadoras de la economía, el empleo, las pymes y finalmente el desarrollo económico local.

Uno de los factores claves que puede empujar a Chile a ser una sociedad desarrollada es la construcción de ciudades y territorios inclusivos y sostenibles. Esperamos de forma muy positiva que el ministro Monckeberg y su equipo puedan abordar estos desafíos y marcar un sello de administración pública moderna y de largo plazo.

Dejar atrás el rol de asignador de subsidios y pasar a ser motor de superación de la pobreza y equidad esperamos que sea la bandera que se instale desde marzo en este ministerio.

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