Las expectativas de los arquitectos en los nuevos ministros sectoriales



El reciente nombramiento, por parte del presidente electo, de los futuros titulares en los ministerios de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, Vivienda y Urbanismo y Obras Públicas permite proyectar los focos que las políticas sectoriales de arquitectura tendrán en el escenario de acción del nuevo gobierno.

En el caso de la futura ministra Alejandra Pérez, la prioridad estará en poner en marcha una institucionalidad nueva, creada por Piñera en su primer gobierno y hecha realidad en la actual administración. La nueva titular tendrá que interiorizarse de los muchos avances que se han materializado en el último tiempo, permitiendo -entre otras cosas- la inclusión de la arquitectura dentro de la política cultural del nuevo ministerio. En ese contexto, es esperable que se ponga en la agenda legislativa la tramitación de la esperada ley de Fomento de la Arquitectura, proyecto elaborado durante dos años por diversas organizaciones, personalidades y gremios.

Por su parte, la futura cabeza de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, se enfrentará en lo que se ha destacado en su trayectoria profesional: impulsar y reactivar inversiones. Su misión será concretar los proyectos en carpeta y reactivar el plan de obras y concesiones públicas que tanto bien le han hecho a la economía nacional. Autopistas, hospitales, recintos penitenciarios, puertos y aeropuertos, además de nuevos colegios y salas cunas, sedes sociales y policlínicos deben ser construidos con urgencia.

La reactivación es el norte de la cartera y el futuro ministro Fontaine lo sabe y lo quiere. Pero esto debe de ir de la mano de una participación activa de los arquitectos, quienes podemos aportar con énfasis en la buena ejecución del programa. Por eso, esperamos el fortalecimiento y respaldo de la Dirección de Arquitectura en la cartera.

Finalmente, para los arquitectos es crucial la planificación del Minvu, que pasará a llamarse Ministerio de Urbanismo y Vivienda. Confiamos que esta nueva orientación sea la cuna de la planificación urbana, por medio de la consolidación de la nueva política y las conclusiones del Consejo Nacional de Planificación Urbana. Será tarea del futuro ministro Cristián Monckeberg la de dar soporte y apoyo político a estas resoluciones, para que el trabajo interdisciplinario de diversos actores no caiga en un saco roto.

Será, entonces, un imperativo del futuro secretario de Estado el fortalecer e impulsar leyes que actualicen una legislación antigua y anacrónica, para instalar certezas jurídicas en el marco legal y regulatorio. Asimismo, las políticas de modernización del Estado para acortar brechas de productividad en la construcción serán una impronta fundamental; en ese contexto, el proyecto DOM en Línea para la gestión de trámites y permisos con municipalidades -impulsado por actores públicos y privados- jugará un rol central, considerando que su marcha blanca parte en marzo próximo.

A la vez, sugeriremos la creación del Consejo Asesor de Arquitectura para el ministro, integrado por representantes del medio que velen por el estudio y debate de futuras leyes y reglamentos. El último foco estará puesto en el fomento de los proyectos integrados de viviendas con subsidio de arriendo para los sectores más vulnerables, con inversiones públicas en espacios públicos, áreas verdes y terrenos bien ubicados. La tarea pendiente de evitar la especulación en terrenos públicos, debe ser una prioridad para terminar con la discriminación y exclusión de barrios enteros y propulsar la garantía de acceso equitativo a derechos humanos básicos en las zonas urbanas.

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