Las nocivas consecuencias de la repitencia escolar

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Esta columna fue escrita junto a Patricio Rodríguez, profesor Instituto de Estudios Avanzados en Educación e investigadores CIAE U. de Chile.

Según datos del informe Unesco de Educación para Todos del año 2013, la tasa de repitencia en enseñanza básica era superior al 4,0%. Para ese mismo periodo, el promedio para los países de altos ingresos, grupo al que pertenece Chile, era  de 0,8%. Es decir, Chile tenía una tasa promedio de entre 5 y 6 veces superior al de su grupo de comparación.

La buena noticia es que, según las últimas investigaciones en que estamos trabajando en el CIAE, el país ha reducido la tasa de repitencia escolar en un tercio de la que teníamos al comienzo de esta década. Esta reducción se ha producido en enseñanza básica y en media; en sectores urbanos y rurales; en colegios municipales y particulares subvencionados; y entre hombres y mujeres. Es decir, no es un fenómeno aislado, y en alrededor de 500 establecimientos, la reducción ha sido considerable: se trata de escuelas y liceos que han logrado que menos del 1% de sus estudiantes repita.

Tenemos una tremenda oportunidad para que muchos otros colegios puedan mirar estas experiencias y prácticas, adaptarlas y movernos masivamente para que la repitencia sea un fenómeno cada vez más aislado y  cada vez menos niños, niñas y jóvenes de nuestro sistema escolar tengan que experimentarlo.

¿Por qué debe importarnos la repitencia escolar? Se supone que cuando un niño o niña repite de curso, es porque no alcanzó a aprender adecuadamente los conocimientos de su nivel, dándosele la oportunidad de volverlos a estudiar durante un año adicional. Sin embargo, la evidencia internacional y nacional concluye que esas brechas de aprendizaje, en la mayor parte de los países, no se cierran durante ese año adicional. Para el caso chileno, la evidencia es clara cuando se analizan los resultados de las pruebas SIMCE de cuarto, octavo básico y de segundo medio: los estudiantes que repiten tienen entre 10 y 20 puntos menos en el test, indicando una relación negativa de esta experiencia en las oportunidades educativas, justamente lo que quería resolver el cursar nuevamente el mismo año educativo. Es decir, en promedio, la repitencia en Chile conlleva una brecha que se acumula a través del tiempo y que no es resuelta por volver a cursar el grado repetido.

Adicionalmente, la repitencia es uno de los factores más importantes para explicar el  abandono escolar y la antesala del mismo. En ese sentido, la repitencia afecta la igualdad de oportunidades. De igual forma, el abandono escolar impacta negativamente las probabilidades de seguir estudios terciarios. Todo lo anterior incide, a su vez, en la calidad del empleo a que pueden acceder las nuevas generaciones, como también los salarios que pueden obtener y otras condiciones laborales, puesto que en Chile están estrechamente ligados a los años de escolaridad y a la calidad de los aprendizajes.

A su vez, impacta en la sociedad en su conjunto. Hoy requerimos formar ciudadanos y ciudadanas con aprendizajes y habilidades intrapersonales, interpersonales y cognitivos que serán necesarios para la sociedad y los empleos del futuro. Una sociedad menos educada, con menor  capacidad para comprender la realidad, con menos habilidades estará menos preparada para enfrentar ese desconocido futuro. En vez de volverse una oportunidad, la repitencia es una enorme carga individual y social.

Por último, no es menor el costo económico para el Estado. Chile es el país de América Latina que más invierte en educación escolar: más de  2 millones de pesos anuales por cada estudiante. Si un estudiante reprueba, el Estado de Chile tendrá que invertir otros 2 millones de pesos por cada año adicional, lo que resta recursos, siempre insuficientes, a esfuerzos por mejorar la calidad de la educación.  De mantenerse la situación actual, el valor presente del costo de la repitencia de mantenerse, según estimaciones propias, le significará al Estado de Chile a lo menos 1.670 millones de dólares perdidos en subvenciones escolares.

La repitencia tiene nocivas consecuencias para las proyecciones de vida de quienes repiten y para el país en su conjunto. Debemos mirar más de cerca aquellas positivas experiencias de comunidades escolares para replicarlas y escalarlas a nivel país. No necesitamos peregrinar a Finlandia.

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