Lentitud constituyente



SEÑOR DIRECTOR:

Es irritante que ya pasen dos meses de negociación en temas que pudieron acordarse en un tris. Malgastan la escasa legitimidad política y parlamentaria. Desprecian el cansancio y las verdaderas prioridades ciudadanas. Está bien “ir sin prisa pero sin pausa”, “caminar lento para llegar lejos”, etc., pero la lentitud exagerada hastía. A veces la irritación ciudadana crece como un río que horada la tierra y la desborda cuando “no lo vimos venir”.

La política también tiene que ser eficiente, eficaz y obtener resultados. O se debilita su legitimidad. En febrero creí, como otros, que por artículos ya aprobados y prioridades erróneas de la Convención, ésta arriesgaba el rechazo de su proyecto. La responsabilidad republicana exigía anticiparse y reglar un plan alternativo si ganaba el Rechazo (Plan B), por certeza, transparencia del voto, estabilidad institucional y económica, que también beneficiarían al gobierno.

En mayo, cuando había un empate de preferencias (ideal para negociar) propuse un acuerdo político constitucional que fijara los mínimos comunes para después del plebiscito si ganaba el Rechazo. En columnas de julio y agosto lo reiteré. ¿Por qué no lo hicieron? ¿Un mezquino cálculo electoral que ni siquiera funcionó?

También irrita que la derecha (ausente hasta el plebiscito) quiera capitalizar la votación del Rechazo y le dé una significación ideológica que no es cierta. Es aprovecharse de no pocos electores del Rechazo y una manipulación del resultado. Muchísimos votaron Rechazo sin significarlo como la derecha pretende. Hubo otros motivos. También algunos confiaron que los compromisos de la UDI, RN, y Evópoli, si ganaba el Rechazo, eran serios y ciertos. Ahora da la impresión que los desconocen, los restringen o dilatan para que el tiempo los lleve al olvido. Cuidado. Eso puede costar muy caro

Alejandro Reyes Vergara

Abogado

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