Ley de pesca



SEÑOR DIRECTOR

La nulidad de la Ley de Pesca, e incluso los cambios que se quieren incorporar en la ley corta, no son una señal equivoca para la inversión. Todo lo contrario. Se trata de reconocer y cambiar un hecho que ha perjudicado a la pesca artesanal, pymes, nuevos inversionistas y al país; transparentar que los recursos fueron entregados por ley y a perpetuidad, manteniendo un oligopolio que no permite el crecimiento y la apertura del sector, que hoy es controlado en más de 90% por siete familias de la industria.

Se trata de transparentar con cifras el hecho de que estos mismos empresarios tienen en su poder el 65,5% de la cuota de las principales pesquerías del país, relegando a los pescadores artesanales al 34,5% de la misma.

No hay que olvidar que la ley de Pesca es el "niño símbolo" de la ilegitimidad de una norma, de lo perverso que puede ser la relación de dinero y política. Eliminar esta norma debiera ser una señal a aplaudir para los verdaderos empresarios, los que no esperan privilegios para invertir, ni leyes especiales para aportar al desarrollo de sus emprendimientos y de todo un país.

Hernán Machuca

Vocero del Consejo Nacional por la Defensa del Patrimonio Pesquero

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