Ley de fármacos II



SEÑOR DIRECTOR

La Sala de la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de ley de "Fármacos II", que tiene por objeto fomentar la bioequivalencia, y tendría como resultado la disminución del precio de bolsillo de los medicamentos. Visto así, pareciera ser una excelente propuesta, que viene a dar respuesta a problemáticas importantísimas que hoy afectan a toda la ciudadanía.

No obstante, dados los múltiples cambios que ha sufrido esta iniciativa durante su tramitación, esta finalidad se ha visto opacada por otras normas que son sumamente conflictivas, y que afectan otros bienes y principios esenciales para la sociedad como son la libre iniciativa privada, la no discriminación del Estado en materia económica y el derecho de propiedad. La regulación de precios por decreto supremo, restricciones excesivas a las marcas en el envasado de medicamentos y el establecimiento de licencias no voluntarias por razones de salud pública, son algunos ejemplos de estas disposiciones que hacen que uno se pregunte si es la verdadera solución a un problema que por años ha aquejado a todos los chilenos.

Poco a poco, un proyecto que debiese centrarse en materias técnicas se ha convertido en un instrumento de la izquierda para instaurar consignas ideológicas, que, por lo demás, se alejan totalmente del objetivo inicial: la baja del precio de los medicamentos y una política de bioequivalencia responsable y efectiva.

Una nueva ley de fármacos debe poner el foco en las necesidades de las personas y resguardar ciertas garantías mínimas para todos los actores involucrados, para que sea así una solución real y no solo buenas intenciones.

Teresita Santa Cruz

Área Legislativa

Fundación Jaime Guzmán

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