"Lo internacional y los DD.HH."

SEÑOR DIRECTOR

Unos treinta profesores respondieron mi columna del lunes sobre el modo cómo los chilenos exageramos el valor de lo internacional. Es un honor ver tantos remitentes, pero habría preferido una carta individual que respondiera a mis afirmaciones y no a los "hombres de paja" que ellos levantan.

Primero, dicen que Chile debe respetar la vida y la integridad personal aun en estados de excepción, cosa innegable (yo condeno toda violación a los DD.HH.); sin embargo, eso es distinto a lo que actualmente parece sugerirse, que cualquier lesión de manifestantes debe ser considerada una violación de DD.HH. (eso dependerá de las acciones de los manifestantes, lo que no es una justificación de violaciones, sino del uso proporcionado de la fuerza legítima para resguardar los DD.HH.).

Segundo, dicen que padezco de "preocupante liviandad" al afirmar que el Derecho Internacional "no debiera intervenir en asuntos internos", pero sería imposible que yo afirmara eso, pues el Derecho Internacional de los DD.HH. busca, justamente, regular el actuar interno de los estados; cosa distinta es que la ONU y la OEA se rijan por el principio de no intervención, el que a veces parecen vulnerar. Por otro lado, sí es liviano afirmar que lo que digan los órganos internacionales es equivalente a aquello a lo que estamos obligados por Derecho Internacional, pues nadie le ha dado tal poder interpretativo a dichos órganos.

Por último, dicen que arriesgo "la estabilidad del orden internacional" (¿tanto puedo hacer?) al sugerir que el Derecho Internacional de los DD.HH. tiene actualmente una agenda socialista. Sin embargo, yo no afirmé tal cosa, aunque después de haber sido pasante en tres organizaciones internacionales de DD.HH., de interactuar con sus miembros y llevar más de diez años dedicados a este tema, afirmaría sin problemas que muchos órganos de DD.HH. tienen una visión política e ideológica clara.

Álvaro Paúl Díaz

Doctor en D. Internacional y DD.HH.