Los accionistas, la sociedad y la opinión pública

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Revuelo mundial causó hace pocas semanas una carta firmada por 200 de los CEOs más relevantes del mundo (Amazon, Coca-Cola, JP Morgan, entre muchos otros). La misiva, difundida por el grupo Business Roundtable, cuestionaba la típica máxima atribuida al mundo de los negocios: "los accionistas primero". En resumen, los altos ejecutivos argumentan que las empresas contemporáneas debiesen replantear su rol social, asumiendo que sus responsabilidades van más allá del retorno a los inversionistas.

La referida carta causó bastante controversia, dejando una vez más al descubierto la estrecha y compleja relación que existe entre el mundo privado y la opinión pública. Como bien es sabido, las empresas actuales deben desenvolverse en un entorno bastante más confuso y cambiante que hace algunas décadas. Y aunque son muchos los factores que inciden en este nuevo escenario, las plataformas digitales y los medios de comunicación han ido cobrando una importancia esencial para el buen desempeño de los proyectos.

A principios de este año Amazon tuvo que enfrentar un clima adverso en la ciudad de Nueva York. Para asegurar que la compañía instalara su próxima sede central en Queens, las autoridades locales resolvieron ofrecerles, entre otros beneficios, un incentivo tributario que ascendía a 3 billones de dólares. Como era de esperar, la operación despertó el recelo de la opinión pública, aunque esta implicara la creación de 25 mil nuevos puestos de trabajo. Luego de una extensa cobertura de los medios y de una serie de protestas en la ciudad –que incluyeron mensajes, columnas y editoriales de políticos locales y nacionales que se oponían al trato-, Amazon decidió echar pie atrás y prescindir del proyecto.

Tal como el gigante de Seattle, muchas empresas locales deben surfear continuamente en las aguas volátiles de la opinión pública. Sin ir más lejos, en los últimos meses TCVAL anunció su determinación de abandonar la licitación del Terminal 2 en Valparaíso, proyecto millonario de la ciudad puerto. Pese a que la iniciativa ya había obtenido hace algunos meses la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), los grupos detractores –algunos con razonables argumentos– terminaron por ralentizar el proceso, alejando a los inversionistas de la firma.

¿Cómo leer a la opinión pública? Aunque suene contraintuitivo, la verdad es que es bastante más complejo de lo que se piensa (y por cierto, más complicado que analizar una encuesta). Varios autores se centran, por ejemplo, en aquellos momentos en que en que los individuos dejan su singularidad -y muchas veces su raciocinio- para sumarse a una masa anónima que termina por absorberlos completamente. Ambos instantes en que, por miedo al aislamiento, hombres y mujeres prescinden de sus propias inclinaciones en función de las opiniones del medio social en que se desenvuelven.

De esta forma, el desafío de las organizaciones parece relacionarse con aprender a leer los climas de opinión dominantes que subyacen, los que muchas veces no están relacionados con las inclinaciones personales de los ciudadanos o con los resultados de un estudio demoscópico. Quizás por lo mismo, poco importó que el 70% de los habitantes de Queens, en Nueva York, estuvieran a favor de la llegada de Amazon a su barrio. El clima que imperaba era otro.

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