Los costos del populismo

Foto: RapidEye


SEÑOR DIRECTOR:

Esta semana el Banco Central sorprendió a todos al comunicar que había acordado activar, por primera vez, el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) para la banca.

Este requerimiento, cuyo objetivo es permitir incentivar un actuar contracíclico del crédito frente a escenarios de riesgo severos (que cuando las condiciones económicas son más difíciles, el crédito pueda incrementarse en vez de disminuir), obliga a los bancos a aumentar sus niveles de capital y, por tanto, a contar con mayores resguardos financieros ante eventos adversos.

Sin embargo, lo más trascendental de la decisión del Banco Central está en las causas argumentadas para activarlo. En línea con lo esperado, a nivel internacional persisten las dudas en el mercado respecto de la evolución del sistema financiero, pero la causa esgrimida a nivel nacional es consecuencia de –en palabras del propio BC– “las medidas de apoyo económico implementadas durante la pandemia”, es decir, de la magnitud de los IFE y de los retiros de los fondos de pensiones, que generó un “aumento transitorio y sin precedentes de la liquidez”, pero cuyos efectos han sido costosísimos para los hogares, en especial para los de menores ingresos: caída en el nivel de ahorro de las familias, alza persistente de la inflación y del costo de financiamiento de largo plazo, y pérdida de riqueza financiera de los hogares, que hacen mucho más vulnerable a nuestro país y sus familias ante cualquier shock.

En un momento en que la Cámara de Diputados ha puesto en tabla la discusión del sexto retiro de fondos de pensiones, la decisión del Central nos recuerda que las políticas populistas tienen costos para todos, y beneficios solo para los parlamentarios.

Michèle Labbé

Fac. de Economía y Gobierno USS

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