Más escuela, nunca menos



SEÑOR DIRECTOR:

La convivencia en las escuelas puede verse alterada por hechos de violencia externa o interna. El reciente reportaje de La Tercera sobre la suspensión de clases en casi 20 establecimientos del país en lo que va del año es un ejemplo de lo primero, y debe ser un importante llamado de atención a nuestras autoridades.

La retirada del Estado en algo tan fundamental como el acceso a la educación de niñas, niños y adolescentes, es una señal de debilidad institucional de la que solo pueden sacar rédito quienes hoy están haciendo de nuestros barrios espacios inseguros. Es también desconocer el rol protector que desempeñan las comunidades escolares, particularmente en los contextos de mayor vulnerabilidad.

Cuando las dinámicas escolares sufren el impacto nocivo de la violencia, los procesos de socialización y de aprendizaje de los estudiantes se ven afectados. Esto, porque el aula no es solo un espacio para aprender historia, lenguaje y matemáticas, sino que por sobre todo una instancia en la que se enseñan diversos códigos de conducta, a interactuar con otros, a resolver conflictos y a expresar emociones. Aquí, se aprende a convivir.

La presencia y fortaleza de las instituciones es fundamental para proteger a las comunidades y reforzar la legitimidad del Estado. Debemos generar factores protectores para los más jóvenes, por ejemplo, a través de programas de prevención de exclusión escolar, reingreso a trayectorias educativas y mejora de herramientas en gestión de convivencia escolar de los equipos directivos. En definitiva, debemos trabajar para que las escuelas sean espacios más seguros y un refugio ante contextos de violencia externa.

Gayle Mac-lean

Directora del Área de Prevención e Innovación de Fundación Paz Ciudadana

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