Más que un triunfo

Chile, La Roja, Fútbol femenino, Copa América
Foto: Photosport.


Recientemente, la Selección Chilena Femenina hizo historia. No solo por coronarse vicecampeona de América y clasificar para el Mundial de Francia 2019, sino por el tremendo significado que conlleva su participación en el torneo.

La Roja femenina nos ha dado una enorme lección de trabajo en equipo, perseverancia y liderazgo y ha demostrado al mundo entero que el deporte, además de promover la salud y el bienestar, tiene la capacidad de trascender las barreras de sexo, raza, religión y nacionalidad, convirtiéndose incluso en una gran herramienta para la trasformación cultural.

Si algo han demostrado las jugadoras en la Copa América es que el talento no tiene límites y tampoco es cuestión de género. Con su participación, las jóvenes de las 10 selecciones latinoamericanas han desafiado todos los estereotipos existentes en uno de los deportes más frecuentemente considerado como "masculino": el fútbol.

Este gran ejemplo de superación plantea, a su vez, la necesidad de trabajar para mejorar las condiciones y generar políticas que favorezcan el desarrollo del deporte femenino. Si bien es cierto que las mujeres son más visibles en el deporte ahora más que nunca -de un total de 997 atletas, solo 22 mujeres compitieron por primera vez en los Juegos Olímpicos de 1900 en París mientras que en Río en el año 2016 la cifra de mujeres participantes ascendió al 45%- sin embargo, la realidad es que los avances en este sector siguen siendo muy lentos.

Al día de hoy las diferencias entre hombres y mujeres deportistas siguen estando muy marcadas. En todo el mundo, las niñas y mujeres deportistas obtienen menos oportunidades, menor inversión, capacitación y seguridad cuando practican un deporte. Cuando se profesionalizan, las brechas de género son aún mayores. Por ejemplo, en la última Copa Mundial de Fútbol Femenino el aporte fue de 15 millones de dólares, comparados con los 576 millones de dólares de la última Copa Mundial de Fútbol Masculino.

Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo es una de las metas de la Agenda de Desarrollo Sostenible al 2030 de Naciones Unidas. El deporte es uno de los ámbitos en los cuales debemos avanzar para que las mujeres tengan las mismas oportunidades y a la vez es un catalizador para el desarrollo y el empoderamiento de las mujeres en diversos espacios.

En este contexto, ONU Mujeres lanzó, en el marco de la Copa América Femenina, la campaña "Las Niñas No Tienen Límites" del Programa para la Autoestima, una iniciativa que busca apoyar a que niñas y adolescentes se desarrollen en el deporte y en lo que ellas quieran: que se conviertan en futuras líderes, exitosas deportistas o influyentes científicas, ingenieras, políticas o artistas.

La idea es que, las niñas inspiradas en las jugadoras de la Roja que un día vieron triunfar, logren los cambios necesarios. Para conseguirlo, debemos asegurarnos de que este gran apoyo que ha conseguido nuestra selección no sea un hito puntual sino, más bien, se convierta en una caja de resonancia para avanzar hacia un país en el que hombres y mujeres en Chile tengan las mismas de oportunidades dentro y fuera de la cancha.

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