El mérito en el sistema educacional



El gobierno del Presidente Sebastián Piñera ha decidido dar un paso audaz en materia de educación, al presentar esta semana un proyecto de ley que busca reintroducir, con mucha mayor fuerza, los criterios de mérito en el sistema de admisión escolar de todos aquellos establecimientos que reciben fondos públicos, sean municipales o particulares subvencionados. A pesar de la batahola política que se ha producido, es valioso que se vuelva a abrir una discusión que tiene que ver con principios esenciales y que fueron clausurados por motivaciones ideológicas.

La actual Ley de Inclusión aprobada bajo la Nueva Mayoría, en su afán de prohibir el lucro, la selección y el copago, estableció un sistema centralizado de admisión basado en un algoritmo, con el fin de reducir al máximo la selección. Manteniendo su esencia, el gobierno ha estimado pertinente que también se introduzca el mérito como variable, tal que alumnos destacados tengan más opción de entrar a un colegio de su preferencia. Así, los liceos de excelencia y aquellos de especialización temprana podrán tener un sistema de admisión especial -respetando una cuota de 30% para alumnos vulnerables-, mientras que el resto de los colegios podrá seleccionar hasta un tercio de sus cupos en función de su proyecto académico.

El profundo sesgo estatista que prevaleció en la reforma educacional llevó a desconocer la importancia que tiene para las familias la elección de su colegio, y a considerar ilegítimos el capital cultural que una familia puede heredar a sus hijos, así como el copago, por estimar que constituyen ventajas indebidas fruto de factores socioeconómicos, sin advertir que detrás de ello lo que las familias en realidad buscan es brindar las mejores posibilidades de educación a sus hijos, y están dispuestas a esforzarse por ello. El proyecto del gobierno, aun cuando debe ser objeto de un análisis cuidadoso -pues no hay una sola forma de entender el mérito-, vuelve a instalar conceptos en la educación que nunca debieron ser excluidos. El propio rector del Instituto Nacional, en entrevista con este medio, reconoció que el sistema aleatorio encierra numerosas injusticias, e hizo ver que el rol de los establecimientos de excelencia es dar a los alumnos vulnerables la posibilidad de acceder a la educación superior, "el resto es música".

La oportunidad de abrir un debate democrático en torno a la admisión y el mérito pretende ser clausurado por los partidos de oposición, que han anunciado su rechazo a la idea de legislar. Además de constituir una actitud profundamente antidemocrática -llama la atención que la DC aparezca ahora junto al Frente Amplio bloqueando al gobierno-, la oposición ha presentado un proyecto para que los colegios privados reserven un 30% de sus cupos a alumnos vulnerables. Se trata de una discusión legítima, pero que debe ser analizada con serenidad, no solo porque eventualmente puede ser expropiatoria si es que no va a aparejada de aportes públicos, sino porque una integración que no se haga cargo de las múltiples dimensiones involucradas puede ser dañina para los propios estudiantes que se busca beneficiar.

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