Meritoria selección de fútbol femenino

Premiación Copa América Femenina
La Roja Femenina festeja la clasificación al Mundial de la categoría, tras obtener el segundo lugar en la Copa America Femenina 2018. FOTO:ALEJANDRO PIZARRO/AGENCIAUNO


La semana pasada se comenzó a desarrollar la octava versión de la Copa Mundial Femenina de fútbol, organizada por la FIFA, que en esta oportunidad se celebra en Francia. Dentro de las 24 mejores selecciones del mundo que han clasificado para estar presentes en este significativo certamen se encuentra por primera vez la selección chilena, que inició su participación enfrentando a la representación de Suecia, y que este domingo debe hacerlo con su par de Estados Unidos.

Hay que destacar no solo el significado de haber llegado a esta instancia, sino el proceso de esfuerzo y sacrificios que han debido enfrentar las futbolistas que lo hicieron posible y quienes las antecedieron, donde debieron superar no solo los desafíos propios de la competencia deportiva para alcanzar esos objetivos, como fue el segundo lugar en la Copa América del año pasado que les permitió el acceso. Hay una historia relativamente reciente de la actividad -la primera selección femenina es de 1991-, en la que no solo se debieron enfrentar prejuicios sexistas sino también el total abandono de la selección por parte de la administración del fútbol durante la administración Jadue.

Es por ello que resulta relevante el reconocimiento que hoy el país le hace a esta selección, provocando un verdadero fenómeno, al punto que algunos colegios han reprogramado sus actividades normales para que los alumnos puedan seguir los partidos, mientras que varias empresas han dado facilidades para que los trabajadores hagan lo propio. Más allá del natural fervor que despiertan estos torneos deportivos, es altamente positivo que la mujer se vaya abriendo espacios en roles antes considerados exclusivamente masculinos, demostrando que en la medida que se brindan las mismas posibilidades, entonces no existen límites.

Con todo, es importante que esta identificación que la sociedad ha logrado con las jugadoras del representativo nacional sea aprovechada como una oportunidad para impulsar una mayor promoción de la práctica deportiva femenina, sobre todo en colegios y universidades.

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