Mes de la educación financiera

Foto: AGENCIA UNO.


Con la llegada del mes de octubre la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) dio inicio a una serie de actividades enmarcadas dentro del "Mes de la Educación Financiera". Particularmente la OCDE en su documento Policy Brief de julio de 2006, señala que la relevancia de la educación financiera está en apropiar a las personas con conocimientos y habilidades que les permitan tomar decisiones de carácter financiero, en una serie de instancias a lo largo de la vida.

Así, en una época caracterizada por una serie de innovaciones y disrupciones, en la que se nos presenta terminología y procesos algo extraños para buena parte de la comunidad, como criptomonedas, algoritmos, IoT, realidad ampliada, crowdfunding, chip inteligentes, wallet, que se suman a conceptos existentes y propios de las finanzas, la educación resulta esencial, más aún cuando uno de los grandes intereses y desafíos en las economías es acrecentar la bancarización y la inclusión financiera, y en la que lograr los acercamientos es central para afianzar su logro.

Según la última encuesta PISA de Alfabetización Financiera (2015), así como la encuesta del 2016 del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile junto con la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) se han revelado serias carencias de competencias mínimas.

Por lo anterior, meritorio es visualizar los esfuerzos liderados por la SBIF para resaltar la importancia de la educación financiera y su difusión, sin embargo, ello debiese ser una constante a través del año en nuestro país, y en la vida de las personas. La relación que se manifiesta entre educación financiera, cultura financiera, mejores desempeños en decisiones de ahorro, inversión y financiamiento, constituyen un circulo virtuoso que se debe cuidar y potenciar, y en la que no sólo el quehacer de una instancia debe estar comprometida, sino también el de otras, como empleadores, gobierno e instituciones de educación.

Finalmente, mirando las instituciones de educación superior, existe una leve deuda con la educación financiera, particularmente desde las finanzas personales, ya que debiese ser una temática de formación general en nuestros estudiantes, y futuros profesionales, ya que si bien en muchas de nuestras casas de estudio existen planes curriculares que incorporan asignaturas ligadas a las finanzas, ello está en el contexto de las organizaciones, más no de las personas, y si bien se están formando profesionales, los cuales pueden ser exitosos, en su quehacer, pueden presentar serias deficiencias en la gestión de sus finanzas personales.

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