Movimiento feminista



SEÑOR DIRECTOR

Vengo de una familia conservadora. Soy padre y esposo. Cuando veo en las noticias a esas mujeres mostrando sus pechos desnudos no sé bien qué pensar. No me molesta, ni me indigna, tampoco me provoca.

Lo que de verdad descompone es que persistentemente se trata de centrar la discusión en si esas mujeres debiesen haber estado desnudas. Me entristece que se les intente juzgar por ello desde la supuesta superioridad de algunos paladines de la moral y las buenas costumbres. Me da pena y vergüenza. ¿No será mejor preguntarnos cuánto daño hemos hecho, como sociedad machista, para que esas mujeres hayan llegado a protestar de esa forma? Hagámonos cargo, tenemos culpa. Discutir con respeto y altura de miras, convengamos que no será fácil. Llegamos tarde y ellas ya están muy enojadas. Razones les hemos dado. Impresiona ver cómo explotan de rabia por un historial de injusticias que nosotros, como hombres, no sabemos ni entendemos del todo, al parecer, simplemente porque poco nos interesa.

Creo que debemos comenzar por pedir perdón. Debemos ofrecer nuestras sinceras y honestas disculpas. Yo quiero sentarme con ellas al frente y con entereza reconocer mis errores. Quiero discutir cómo seguimos adelante, qué puedo hacer y en qué me he equivocado. Qué puedo cambiar, cómo puedo aportar. Nos falta mucho. Pero por algo se empieza.

Guillermo Berguecio Brinkmann

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.