No basta con abrir las escuelas



SEÑOR DIRECTOR

Dadas las cifras Covid de las últimas semanas, se espera que en este segundo semestre una mayor cantidad de escuelas cuente con las condiciones para generar espacios de educación presencial, de acuerdo al contexto de cada comunidad. Sin embargo, garantizar el aprendizaje de niños y niñas no depende solamente del compromiso de los equipos educativos y los recursos con que puedan contar los establecimientos para organizar la jornada escolar.

La factibilidad de asistir a clases bajo un esquema voluntario, flexible y seguro, como ha planteado el Ministerio de Educación, requiere que las personas responsables de cuidar a los niños y niñas cuenten a su vez con flexibilidad para ejercer sus trabajos. Esta condición es especialmente importante para las mujeres, quienes han asumido la mayor parte de las tareas del hogar y se han visto más afectadas por el desempleo y la brecha salarial durante la pandemia.

Como sociedad no podemos permitir que la tensión entre los horarios escolares, los requerimientos laborales y la crisis económica aumente la presión sobre la salud mental de las familias y arriesguen la asistencia a clases. El bienestar infantil requiere de una visión sistémica sobre la vida familiar, donde las condiciones escolares y laborales puedan ser revisadas periódicamente de acuerdo a cada realidad.

Necesitamos colaborar transversalmente para que la protección del derecho a la educación de los estudiantes sea compatible con el trabajo de sus padres y madres.

Claudia Peirano

Pdta. Fundación Educacional Oportunidad

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