No le demos el gusto a Trump



SEÑOR DIRECTOR

Cuando Trump retiró a EE.UU. de la Asociación Transpacífico (TPP) pensó que ella se derrumbaría, y que nada se haría sin él. Los demás países se preguntaron si eran capaces de asociarse, o todo dependía de EE.UU. Muchos medianos, que necesitan del comercio internacional para crecer, no querían ser víctimas de las guerras comerciales de Trump. Juntos adoptaron la decisión de hacerlo sin EE.UU. Chile tomó la iniciativa con la Presidenta Bachelet, y fue el anfitrión. Desde Canadá a Australia, México a Japón, Perú a Singapur, todos se reunieron en Chile y aprobaron el TPP11. Cambiaron normas, se protegieron de las exigencias de EE.UU. sobre propiedad intelectual y avanzaron en materia digital, resolución de controversias, eliminación de barreras y comercio electrónico. Para Chile fue un gran éxito.

Han surgido dudas entre algunos diputados y diputadas. Y sorprende la pobre gestión de un gobierno que no es capaz de esclarecerlas y arriesgar una cuestión esencial. Se han formulado observaciones respecto a consultar a comunidades indígenas. Chile debe cumplir sus normas, pero en estos tratados nacionales no se realizan tales consultas. También hay inquietudes sobre propiedad intelectual. En este tratado se protege lo que Chile ya consiguió, especialmente por el precio de los medicamentos.

Una estrategia de futuro, que no tenemos, por cierto requiere más que este tratado. Es un desafío nacional urgente, al cual debemos abocarnos sin demora. No basta una política macroeconómica que solo reposa en el mercado, como pregona este gobierno. Se requiere un Estado activo. Debemos elevar la educación digital, incrementar la exigua inversión en ciencia y tecnología, dar un salto en cobre verde, electromovilidad, biotecnología, centros tecnológicos en energía solar, desalinización.

Siendo parte de este tratado podremos asociarnos para atraer inversiones con tecnología avanzada. Quedándonos afuera nos debilitamos. El TPP11 debe ser aprobado por el Congreso. El gobierno debe explicarlo y defenderlo. Yo no le daría el gusto a Trump.

Sergio Bitar

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